• SPR Informa
  • SPR Informa
  • SPR Informa
  • SPR Informa
  • SPR Informa
  • https://www.sprinforma.mx/noticia/la-vida-y-la-justicia-es-una-tombola
  • 17 Oct 2024
  • 09:10
  • SPR Informa 6 min

La vida (y la justicia) es una tómbola

La vida (y la justicia) es una tómbola

Por Helios Ruiz .

El sábado pasado, el Senado de la República protagonizó un evento sin precedentes en la historia judicial de México. El proceso de insaculación para la selección de jueces y magistrados federales, basado en la reciente reforma judicial, sorprendió tanto a los propios legisladores como a los ciudadanos que siguen con interés la vida política del país. La imagen de una tómbola girando en el recinto legislativo, dejando al azar la determinación de qué plazas judiciales estarán en juego en las elecciones de 2025, no solo genera debate, sino también muchas preguntas sobre el sistema judicial y la forma en que se administrará la justicia en el futuro.

La justicia, ese pilar esencial de cualquier democracia, parece haber sido puesto en manos del azar. La insaculación, una práctica más común en rifas o sorteos, fue el mecanismo elegido para decidir qué plazas judiciales estarán a disposición del voto popular el próximo año. Aunque este ejercicio tenía como fin dotar de transparencia y equidad al proceso, la confusión que rodeó su implementación ha generado más dudas que certezas.

Desde el inicio de la sesión, el ambiente se llenó de incertidumbre. La tómbola, herramienta simbólica en este ejercicio, se volvió el centro de la controversia cuando decenas de pelotitas cayeron al suelo en medio del bullicio. Senadoras de Morena como Lucía Trasviña y Laura Itzel Castillo pidieron claridad sobre el proceso. En un tono más irónico, el presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, intentó calmar las aguas diciendo: “De aquí, directo a la Lotería Nacional”. Su comentario puede haber hecho en tono de broma, pero para muchos simbolizó lo que estaba ocurriendo: un juego de azar con la justicia.

Pero ¿realmente estamos hablando de una tómbola o de un intento genuino de democratizar la justicia? El proceso avanzó con dudas sobre si la elección de jueces y magistrados por voto popular es la mejor solución. Si bien la insaculación busca evitar el amiguismo y los favoritismos que suelen rodear la asignación de cargos públicos, la implementación de un mecanismo tan aleatorio para seleccionar qué plazas estarán disponibles en las elecciones puede resultar desconcertante para quienes buscan certidumbre y profesionalismo en el sistema judicial.

El Senado realizó la insaculación de 464 magistraturas de circuito y 386 juzgados federales, y se decidió que las plazas con números nones serán las que entren a disputa en 2025, mientras que las plazas con números pares quedarán para 2027. Es difícil evitar la sensación de que la justicia se ha convertido en un sorteo más, en una tómbola que decide, sin un criterio aparente, qué juzgados estarán abiertos a la elección popular. En teoría, este mecanismo intenta acercar la justicia a los ciudadanos, pero en la práctica, ha dejado más preguntas que respuestas.

¿Es este el mejor camino para fortalecer la democracia y el sistema judicial? Es una pregunta que quedará en el aire hasta que veamos los resultados de las elecciones de 2025. En un país donde la justicia suele ser criticada por su lentitud, opacidad o incluso corrupción, esta reforma busca romper con viejas estructuras. Sin embargo, hacerlo mediante un proceso tan azaroso podría terminar minando la confianza en el sistema judicial, en lugar de reforzarla.

El reto ahora será aclarar las reglas del juego para que, en el proceso electoral de 2025, los ciudadanos puedan elegir con pleno conocimiento a quienes estarán a cargo de impartir justicia. De lo contrario, podríamos terminar viviendo en un país donde la justicia no solo sea ciega, sino también gobernada por el azar, y donde los ciudadanos se sientan que, más que en una democracia, viven en una tómbola.

La vida y la justicia, hoy más que nunca, parecen estar regidas por una mezcla de azar y decisiones políticas. El desafío es monumental: devolverle la certeza a un sistema que no puede permitirse jugar con el destino de sus ciudadanos.