El 25 de octubre de este 2024 se cumplió un año de que el huracán Otis de categoría 5 en la escala Saffir-Simpson tocara tierra en Acapulco, Guerrero, dejando a su paso una devastación histórica.
Desde que este fenómeno meteorológico tocó tierra con vientos de hasta 300 km/h, el Gobierno de México lanzó un plan de recuperación que abarca múltiples frentes.
El Gobierno Federal activó desde el inicio de la emergencia un programa de apoyo a la vivienda, proporcionando materiales de construcción y asistencia económica para la reparación y reconstrucción de viviendas dañadas.
Se estima que cerca del 80% de las viviendas dañadas han recibido algún tipo de ayuda, con un esfuerzo adicional por alcanzar la meta de cobertura total para finales de año. No obstante, el huracán John, que azotó la región en septiembre pasado, agravó las dificultades en algunas zonas, dañando estructuras que ya habían sido parcialmente reconstruidas.
En cuanto a infraestructura, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) ha impulsado la rehabilitación de caminos y puentes críticos que conectan áreas rurales, además de enfocar recursos en la recuperación de hospitales y escuelas. La falta de suministro de agua en más de la mitad de las viviendas afectadas continúa siendo un desafío para las autoridades, quienes además enfrentan dificultades para restaurar por completo servicios básicos como electricidad y saneamiento en algunas áreas urbanas y suburbanas.
El impacto de Otis en el turismo de Acapulco ha sido severo, ya que el sector representa una de las principales fuentes de ingreso en la región. Con iniciativas como el programa "Acapulco Renace," el gobierno ha impulsado incentivos fiscales y créditos blandos para ayudar a los empresarios locales a recuperar y rehabilitar sus negocios. Hasta ahora, se han reabierto 12 mil de las 19 mil 600 habitaciones de hotel disponibles antes de Otis, con una meta de mil adicionales en diciembre.
A un año del paso del huracán Otis en las costas de Guerrero, el gobierno federal implementó un plan de rescate en los municipios de Acapulco y Coyuca de Benítez. A través de la Secretaría de Bienestar destinó 15 mil 275 millones de pesos (mdp) para la recuperación, ofreciendo 8 mil pesos para la limpieza de más de 301 mil viviendas y montos entre 35 y 60 mil pesos para reconstrucción de viviendas y locales comerciales.
Los apoyos también beneficiaron a 26 mil 634 campesinos y pescadores afectados, con inversiones de 199.7 y 59.8 mdp, respectivamente. Además, se destinaron 314 mdp para rehabilitar 928 escuelas, y la Financiera para el Bienestar otorgó créditos por 350 millones a pequeños y medianos negocios.
La Comisión Nacional del Agua (Conagua) colaboró con 777 mdp en reparaciones de infraestructura hídrica, mientras que 107.5 millones se utilizaron en el desazolve de ríos y arroyos. Por su parte, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) asignó 3 mil 658 trabajadores para restablecer la infraestructura eléctrica, que representó un gasto de 4 mil 201 mdp.
Además, se brindó apoyo a la población exentando el cobro de electricidad y se invirtieron mil 46 mdp en luminarias eficientes en Acapulco y Coyuca de Benítez. La Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) también aportó 271 millones para reparar carreteras y caminos.
Cabe señalar que la Secretaría de Educación Pública (SEP) destinó 314 mdp para reconstruir las escuelas dañadas, sumando esfuerzos con otras dependencias para devolver la estabilidad a la región y permitir que las comunidades afectadas puedan retomar sus actividades.