El gobierno de Estados Unidos acusó a un traficante de armas búlgaro y a otros tres ciudadanos extranjeros de conspiración para distribuir cocaína, conspiración para poseer armas de fuego para promover un delito de tráfico de drogas y conspiración para proporcionar apoyo material o recursos a una organización terrorista mexicana.
Desde septiembre de 2022, el búlgaro Peter Dimitrov Mirchev, junto con el ciudadano keniano Elisha Odhiambo Asumo, el ugandés Michael Katungi Mpeirwe y el ciudadano tanzano Subiro Osmund Mwapinga conspiraron para suministrar ilegalmente armamento de grado militar a los cárteles de la droga mexicanos, en particular, al Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG).
El armamento incluía ametralladoras, lanzacohetes, granadas, equipos de visión nocturna, rifles de francotirador, minas antipersonales y armas antiaéreas.
Los acusados supuestamente creían que el CJNG tenía la intención de utilizar estas armas para promover el tráfico ilegal de grandes cargamentos de cocaína a los Estados Unidos.
Cabe señalar que el 20 de febrero de 2025, el CJNG fue designado Organización Terrorista Extranjera en virtud de la Ley y como Terrorista Global Especialmente Designado bajo la Orden Ejecutiva 13224.
Los acusados supuestamente crearon una lista de armamento para la organización criminal mexican por un total de 58 millones de dólares.
Además, según los registros judiciales, Mirchev estuvo implicado anteriormente en el suministro de armas a Viktor Bout, quien fue condenado en el juicio por conspirar para matar a ciudadanos estadounidenses, conspirar para matar a funcionarios y empleados estadounidenses, conspirar para adquirir y exportar misiles antiaéreos; y conspirar para proporcionar apoyo material a una organización terrorista extranjera.
Mirchev fue arrestado por las autoridades españolas en Madrid el 8 de abril y actualmente está pendiente de extradición a Estados Unidos. Asumo fue arrestado por las autoridades marroquíes en Casablanca el 8 de abril y actualmente se encuentra en proceso de extradición.
Por su parte, Mwapinga fue arrestado por las autoridades ghanesas en Accra el 8 de abril y fue extraditado a Estados Unidos el 25 de julio. Finalmente, Mpeirwe sigue prófugo.
En caso de ser declarados culpables, cada acusado enfrenta un mínimo obligatorio de 10 años y hasta cadena perpetua.