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  • 23 Jan 2025
  • 11:01
  • SPR Informa 6 min

¿Cómo afectan a la salud pública de México, la salida de EU de la OMS y las deportaciones masivas?

¿Cómo afectan a la salud pública de México, la salida de EU de la OMS y las deportaciones masivas?

Por Juan Manuel Lira

La decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de retirarse de la Organización Mundial de la Salud (OMS), sumada a la amenaza de deportaciones masivas de migrantes, son dos eventos aparentemente independientes, pero profundamente entrelazados, que invariablemente afectarán la salud pública en México. Ambos representan un golpe a la estabilidad sanitaria del país y a su capacidad de responder a problemas estructurales de largo tiempo.

Desde su fundación, la OMS ha sido el faro de la colaboración global en salud. La salida de uno de sus principales financiadores, Estados Unidos, implica una merma económica para la organización y enciende las alarmas sobre el debilitamiento del multilateralismo en un mundo donde las crisis sanitarias no reconocen fronteras. México, que ha dependido de los programas y estrategias promovidas por la OMS, podría enfrentar un escenario complejo.

La OMS ha sido clave en iniciativas como el mecanismo COVAX, que garantizó el acceso equitativo a vacunas durante la pandemia de COVID-19, y en programas regionales como HEARTS, diseñado para combatir enfermedades crónicas como la hipertensión arterial, además de múltiples esfuerzos contra el dengue, la tuberculosis y el VIH/SIDA. 

Sin embargo, ¿qué sucede cuando los fondos se reducen? El debilitamiento de la OMS podría traducirse en menos recursos técnicos y menor capacidad de respuesta frente a emergencias sanitarias globales. Lejos de ser un problema distante, esto impacta directamente a México en su lucha contra enfermedades transfronterizas.

Aquí entra el segundo factor: las deportaciones masivas de migrantes. Las ciudades fronterizas de México, ya saturadas por una crisis migratoria crónica, podrían recibir una ola sin precedentes de retornados. Estas personas, muchas en condiciones de vulnerabilidad extrema, requieren atención sanitaria inmediata y medidas de prevención contra la propagación de enfermedades infecciosas como las respiratorias, gastrointestinales, tuberculosis, dengue o VIH/SIDA. Las instituciones de salud en la frontera norte difícilmente están preparadas para asumir una contingencia de tal magnitud.

El programa “México te Abraza”, que contempla la afiliación de migrantes deportados al IMSS (hasta por tres meses) y el otorgamiento de apoyos económicos de 2 mil pesos, es un esfuerzo notable, pero claramente insuficiente. El IMSS ya enfrenta saturación, desabasto de medicamentos y una alta demanda de servicios. Incorporar a miles de migrantes sin reforzar la infraestructura ni el personal podría ser contraproducente: generaría descontento entre los usuarios actuales y comprometería la de por sí frágil calidad de la atención.

Durante el gobierno del expresidente López Obrador se diseñó el “Plan Integral de Atención a la Salud de la Población Migrante”, liderado en su momento por la Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud en conjunto con la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Este plan busca brindar atención integral al migrante a través de la colaboración de los tres niveles de gobierno (federal, estatal y municipal) y contempla estrategias como el refugio temporal, la vigilancia sanitaria, la atención médica y psicológica, así como el cuidado hospitalario y las acciones de salud colectiva (vacunación, control de vectores, educación y promoción de la salud, entre otras). Este plan realizado en el 2020 debía de revisarse y actualizarse cada año sin que se haya hecho.

Es momento de replantear el papel de México en el multilateralismo sanitario. Nuestro país tiene la oportunidad de liderar la región mediante soluciones integrales que atiendan las crisis actuales y que sienten las bases para un sistema de salud resiliente. En este sentido, retomar y fortalecer el “Plan Integral de Atención a la Salud de la Población Migrante” resulta fundamental para afrontar la crisis de salud que se vislumbra.

La salud transfronteriza está en riesgo. Nuestro sistema de salud todavía trabaja en la resolución de problemas estructurales y en la consolidación de un nuevo equipo de funcionarios. Sin embargo, esta coyuntura puede transformarse en una oportunidad: una ocasión para reforzar la infraestructura, mejorar la coordinación internacional y, sobre todo, para no perder de vista que el bienestar colectivo depende de la colaboración y la solidaridad.

Para el gobierno de la Dra. Claudia Sheinbaum, es tiempo de actuar con responsabilidad y determinación, no solo en beneficio de los millones de mexicanos que dependen (y se sumarán) al sistema de salud público, sino también para asegurar que la colaboración internacional continúe siendo un pilar del bienestar global. Si la salud no tiene fronteras, nuestra solidaridad y empatía tampoco deberían tenerlas.