Comenzó el ajedrez político-electoral a lo largo y ancho de nuestro país, esta semana comenzaron ya las carreras por la silla presidencial y como se ve y se refleja en la sociedad todos estamos en el mismo mar pero no todos en el mismo barco, y para muestra un botón, solo hace falta voltear a ver y observar a detalle de cómo es que los precandidatos iniciaron el juego, tal es el caso de SamuEL García, contendiente de Movimiento Ciudadano, el partido de las dos mentiras porque no es; ni movimiento, ni tampoco ciudadano.
Marcando el inicio de su precampaña manejando uno de sus tantos autos estacionados en su garaje, un Tesla, que para algunos significaría el anhelo y la aspiración, el sueño y la idea de que trabajando duro lo podrían alcanzar, quizás lo que hacen Samuel y Mariana sea llamar al sector de la sociedad que no se identifica aún con el Humanismo del hoy presidente de la República, ni tampoco con la alianza, de la cual ya no sabemos cuál es su nombre si es el Frente Amplio o Fuerza y Corazón por México.
Cambiantes en su nombre como en las opiniones de su hoy precandidata Xóchitl Gálvez, quien no se sabe si tiene “hambre” o “sed” o si se va a terminar juntando o no con Alejandro Moreno, vemos el inicio con tropiezos, más de los habituales por parte de la oposición, que si hablamos de juego ellos se encuentran en el propio, repartiéndose las posiciones con la fiel esperanza de que aún pueden salvar su barco.
El pabellón que iza en popa en el mar del que hablamos es el de la izquierda, la flota que zarpó sabe perfectamente que el camino es con el pueblo, desde los spots que escuchamos y vemos a través de la radio y la televisión, hasta las fotos de quien lleva hoy el timón con sus simpatizantes de fondo, esto ha traído como resultado: un arranque con 20 puntos de diferencia a favor; según encuesta de Mitofsky publicada esta misma semana, la Doctora Claudia Sheinbaum no se permite le alcancen, y tampoco se permite mirar para atrás si no es para ver los resultados de la Transformación y darle continuidad.
Faltan meses aún para que estas embarcaciones puedan decir “tierra a la vista”, desde donde estaremos todos nosotros, observadores y críticos. Por lo pronto disfrutemos ver su paso sin olvidarnos que será nuestra participación quien les de la guía y brújula para llegar al tan anhelado puerto.