El desplegado de la “inteligencia” de derecha

Durante más de un siglo, los más altos círculos intelectuales se han preguntado cuál es el papel de los pensadores en torno a las sociedades humanas. En el debate que refiere al arte, por ejemplo, desde el siglo XIX e importado desde Francia, existe una posición engarrotada, inmóvil, respecto a la influencia que debería tener el artista en la sociedad. A esa postura se la ha llamado la postura del arte por el arte. En el sentido contrario, el arte social, encuentra en la lucha por la mejora de las condiciones de vida de las mayorías, su propósito.

            En México, dos exponentes de estas posturas son José Revueltas y Salvador Novo. Novo, allegado a los círculos del poder, afrancesado y privilegiado, pero de una pluma muy fina, siempre se caracterizó por hacer de su literatura, un divertimento de las élites. Y peor aún, cuando la matanza del 68 en Tlatelolco, no se puso de lado de los estudiantes, sino que guardó silencio ante tal hecho. Algunos escritores como Enrique Krauze, atañen esta actitud a que Salvador Noco recibió el Premio Nacional de Literatura de manos de Días Ordaz tan solo un año antes de la masacre de los estudiantes. Nadie le puede regatear sus aportaciones a las letras mexicanas a Salvador Novo, pero claramente era un intelectual comprometido con lo suyo, con sus intereses, no tenía intenciones de afectar a quienes le habían dado de comer.

Como Salvador Novo, pero con mucho menos talento, Aguilar Camín, Enrique Krauze, el pseudo intelectual Macario Schetino, y et al, buscan incidir en la elección del 02 de junio mediante un manifiesto escrito con tinta rosa, azul y roja, con la idea de recuperar sus privilegios, o como dijera Aguilar Camín, de regresar a “los apapachos” del gobierno federal. 

¡Fuera máscaras!, dijera Andrés Manuel.

Acostumbrados al privilegio, a las becas, a los tratos onerosos, es decir, a su torre de marfil, los intelectuales del neoliberalismo, experimentan lo que Villaurrutia hubiera nombrado Nostalgia del Priísmo, pero alejados de la gente del pueblo, son torpes en toda su torpeza. Usan modos avejentados y estériles para poder llamar a votar por el PRIAN. Krauze, por ejemplo, lanzo esta semana un video llamando a los jóvenes para que salgan a votar con conciencia, es decir, a votar por el PRIAN. 

Qué lejos está la “inteligencia” mexicana de los intelectuales comprometidos como José Revueltas, Mario Benedetti, Enrique González Rojo y otros muchos que no dudaban en denunciar a los gobiernos autoritarios y represores. 

Aunque no sorprende porque al llegar la 4T, la autonombrada inteligencia mexicana cayó en desgracia. Por eso se identifican con el PRIAN, porque buscan exactamente lo mismo: regresar al privilegio del viejo régimen. Eran casi dueños del antes Conacyt, del CIDE, y otras instituciones. 

Son lo mismo, Claudio X. González y Aguilar Camín Salinas y Enrique Krauze, por eso no hay contradicciones ni críticas entre ellos, porque simio no mata simio.

Por cierto, ¿quién les dio el nombre de “inteligencia” o “intelectualidad” a este grupo? No basta con autonombrarse y ser parte de la comentocracia.