Una mirada a la estructura y operación de los bots de oposición en México

Al día de hoy han surgido diversas pruebas sobre el uso de bots detrás de la campaña digital de acoso y desprestigio en contra del presidente AMLO, la cual se desató a raíz de las publicaciones -a modo y sin pruebas- de ProPublica y que hasta el día de hoy amasa más de 20 millones de tuits. Dichos tuits se han valido de una serie de mentiras y repeticiones sin sentido de hashtags como #NarcoPresidente #NarcoPresidenteAMLO #NarcoCandidataClaudiaSheinbaum; entre otros, los cuales, a su vez, están muy ligados a hashtags de promoción de la candidata de oposición, Xóchitl Gálvez.

Los objetivos de esta campaña digital masiva son variados y abarcan: hacer promoción de las campañas informativas lanzadas por medios internacionales como ProPublica y el New York Times; intoxicar de contenido de acoso a los medios informativos, específicamente en la red social X/Twitter, uno de los principales foros de discusión política en el país; así como afectar al sistema político y la percepción ciudadana, esto también con la participación de varias figuras públicas que se han sumado al uso y promoción de tales hashtags.

De acuerdo con investigaciones y reportajes como las de Juan Macías Tovar, Carlos Augusto Jimenez y Salvador Frausto, es innegable que, en esta masiva campaña digital, que se caracteriza por su acoso, virulencia y volumen, existe un buen porcentaje de participación de bots detrás; sin embargo, la pregunta que resalta, a la par del uso de bots, ¿es cómo funcionan? ¿a qué intereses responden?

Para comenzar, según Salvador Frausto, se descubrió que se han inflado hashtags como el de #narcopresidenteAMLO y que el uso de bots asciende a más del 57% de participantes de la conversación, varios de estos provenientes de Argentina y España, cuyo costo por 3 likes es de un peso, según un reportaje (https://www.milenio.com/politica/elecciones/aprovechan-ganga-likes-argentinos-peso-calentar-eleccion)

Ante este panorama cabe preguntarnos: en una campaña digital masiva con 20 millones de tuis, en donde el 57% de estos exhibe una autoría con comportamiento automatizado, ¿existe la posibilidad que haya alguna coordinación entre estos? Y más allá, ¿qué ocurre con el otro 43% del contenido promovido en esta campaña masiva en X?

En este punto es importante señalar que las campañas de acoso, violencia y señalamiento preceden el mundo digital, por lo que el desarrollo de internet vino acompañado de ciertas comunidades que ocuparon las nacientes estructuras digitales para llevar a cabo sus objetivos, tal como es el caso de la extrema derecha en Estados Unidos, los cuales habilitaron comunidades digitales desde antes siquiera que existiera el internet comercial. Sin embargo, gracias a la facilidad de creación, habilitación y mantenimiento de comunidades en el mundo digital, las campañas informativas negativas han aumentado su intensidad y peligrosidad, al punto que han suscitado episodios de violencia y asesinatos masivos, así como sucedió en la Myanmar.

El internet en México no es una excepción, especialmente en las redes sociales como X, en donde desde el 2018 se han creado diferentes comunidades con el fin de generar un frente informativo en contra del presidente López Obrador y la 4T, en muchos casos valiéndose de tácticas de acoso, desprestigio, noticias falsas, mentiras, información descontextualizada e insultos.

La conformación de comunidades en línea no es un hecho aislado, sino que forma parte de los esfuerzos de la oposición política para debilitar el régimen del presidente Obrador y su proyecto; por tanto, los grupos digitales tienen una relación directa con algunos actores políticos, personalidades públicas y de algunos medios de comunicación, quienes a lo largo de este sexenio se han dado a la tarea de crear un frente opositor amplio y realmente competitivo políticamente, en donde la estrategia digital forma parte clave.

Tal como se vio en el artículo pasado, desde el 2018 hasta el día de hoy se han creado 33 grupos o, como prefiero llamarlos, colectivos de oposición, los cuales han desaparecido, se han fusionado y diferenciado a lo largo del tiempo. Algo que caracteriza a los colectivos de oposición es la participación de figuras clave, las cuales pueden ser troles profesionales, personales políticamente influyentes, cuentas súper promotoras o una mezcla de todas; estas figuras gozan de una gran amplitud en X cuando publican, lo que hace muy probable que parte del éxito de estas cuentas esté sustentado en la actividad de bots.  Esto es posible de identificar en la investigación de Juan Macías Tovar, el cual documentó la existencia de cuentas así:  https://twitter.com/JulianMaciasT/status/1285686926549426177 https://twitter.com/JulianMaciasT/status/1272309277261279232. Además, estas figuras suelen participar y ser centrales en más de un colectivo, por lo que es posible que operativamente los colectivos sean proyectos asignados a ciertos grupos.

Otra cosa que caracteriza a los colectivos de oposición es que cada uno cuenta con un nombre, el cual lo anteceden de un hashtag y, hasta hace algunos meses, el contenido promocionado por estos grupos se caracterizaba por incluir el nombre del colectivo en cada publicación.

Un análisis de la actividad detrás del uso del nombre de los colectivos con su respectivo hashtag da cuenta que existe una enorme brecha entre el número de integrantes de los grupos y las capacidades informativas y de promoción que exhiben en X; por ejemplo, el colectivo más numeroso, #LigaDeGuerreros con más de 460 miembros, tiene un total de poco más de 42 millones de interacciones (likes, comentarios, retuits, tuits) en un lapso de poco más de seis meses, lo que evidencia una actividad bot detrás.

Sin embargo, los colectivos de oposición cuentan con la participación de personas y gente orgánica, varios de los cuales son personas que acuden a marchas y eventos políticos. Y hablando de figuras políticas, un análisis cruzado entre miembros de colectivos y actores políticos que las siguen muestran que hay una relación cercana entre personalidades políticas y miembros de colectivos, siendo la política Paola Migoya la más cercana, la cual, hasta el momento del análisis, seguía a poco más de 1900 cuentas de colectivos: después está Kenia López Rabadán, la cual sigue a 1100 cuentas; Fernando Belaunzarán con más de 800 y Tere Vale con 516.

El modo de operar de los colectivos se puede separar en cuatro tareas: la búsqueda constante de nuevos miembros; la coordinación de actividades por medio de mensajes o foros en línea; la creación y promoción de contenido; así como actividades de cohesión e interacción entre sus miembros. Además, estos grupos se apoyan de sitios alternos a X para aumentar su impacto, tal como la creación de páginas en internet, medios en línea, podcasts y comunidades digitales de corte religioso.

Pese a lo anterior, es evidente que la creación de grupos locales y nacionales de oposición va más allá del mundo digital, tal como lo demuestra el hecho que las operaciones digitales tienen que organizarse, planearse, pagarse y hacerse en el mundo real, lo que implica una derrama constante de recursos y la contratación de mano de obra y experiencia. Al respecto, ya algunos han apuntado a que es la Atlas Network quien está detrás de toda esta operación en línea, aunque es ahí donde nace y se financia todo, pero la cadena de responsabilidades se extiende hasta personajes locales y bastante identificables.