El candidato del partido liberal de Corea del Sur, Lee Jae-myung, asumió la presidencia del país asiático tras confirmarse su victoria en las elecciones anticipadas el pasado 3 de junio.
Con más de 99% de los votos escrutados, Lee contó con el 49.3% de los votos emitidos en la jornada electoral del pasado martes, mientras que su principal contendiente, el conservador Kim Moon-soo obtuvo el 41.3%.
Esta victoria fue prevista por diversas encuestas de salida en semanas previas puesto que el electorado surcoreano reprueba la agitación política desencadenada por la breve imposición de la Ley Marcial el pasado 3 de diciembre de 2024 por el expresidente conservador Yoon Suk Yeol.
Durante su discurso inaugural en la Asamblea Nacional de Seúl, Jae-myung afirmó que la prioridad de su gobierno será “restaurar la democracia”, fortalecer la relación trilateral con Estados Unidos y Japón así como enfrentar las amenazas nucleares de Corea del Norte “con una fuerte disuasión”.
"A través de una diplomacia pragmática basada en los intereses nacionales, convertiremos la crisis provocada por el gran cambio en el panorama económico y de seguridad globales en una oportunidad para maximizar nuestros intereses nacionales", afirmó.
“Seré el presidente de todos, que abrace y sirva a todo el pueblo”, agregó.
Sin embargo, el ascenso de Lee Jae-myung, que asumió el cargo para presidir la nación asiática durante cinco años, no ha estado exento de controversia.
Actualmente enfrenta un juicio abierto por el Tribunal Supremo por supuesta falsedad en las declaraciones que emitió sobre un presunto esquema irregular de reparto de beneficios en el desarrollo inmobiliario de Daejang-dong y tiene una nueva audiencia agendada para el próximo 18 de junio.
La legislación nacional impide que un presidente en funciones sea procesado penalmente, solo si se trata de casos de insurrección o traición, no obstante, actualmente la opinión pública se deba sobre si esta inmunidad aplica a casos judiciales previas a asumir el cargo.