Los Estados Unidos siempre han tenido una política exterior proyectada a nivel mundial desde sus inicios, esa presencia la han proyectado tanto política como militarmente. En este espacio se contará la historia de una joven Armada Estadounidense que dejó un mensaje claro, apenas quince años después de su nacimiento.
En el año de 1806 en al mar mediterráneo, la joven nación de los Estados Unidos llevaba poco más de una década de haberse constituido como nación. Su joven marina había mandado barcos al mar mediterráneo para asegurar el comercio en esa región.
No obstante, el barco insignia de la joven marina norteamericana, el USS Philadelphia, fue capturado por los piratas berberiscos de Trípoli. La marina estadounidense pudo dejar pasar este episodio inadvertido y dejar el famoso barco en el puerto, aunque sabían que hacer eso dejaría una reputación de la marina alrededor del mundo.
Los estadounidenses creían que el buque de guerra era un premio demasiado grande como para permitir que permaneciera en manos extranjeras, y peor aún de piratas. La Marina decidió recuperarlo o en caso de que no pudieran, destruirlo.
El Teniente Stephen Decatur, hijo del primer capitán del USS Philadelphia, encabezó un grupo de 83 voluntarios para llevar a cabo esta tarea, en el que después de capturar un barco pirata, lo modificaron y renombraron para entrar disfrazados al puerto, en el amparo de la noche y bajo una tormenta.
Los estadounidenses llegando al puerto vieron el Philadelphia y después de asegurarse de que no estaba en condiciones de navegar, por los daños y la marea baja decidieron quemar el barco.
El barco ya no podría ser utilizado, pero el hecho que los marinos estadounidenses decidieran quemarlo; era un fuerte mensaje, no solo para los piratas del mediterráneo, sino para todo el mundo. El mensaje es que la joven nación, estaba proyectada para ser una potencia naval mundial. La destrucción de este barco fue una manera de hacer política internacional de manera directa, una proyección de fuerza y de orgullo, una política internacional agresiva y orgullosa. Que a partir de ahí han continuado.
La fuerza de Decatur sufrió solo un miembro herido y mató al menos a 20 piratas tripolitanos. Los tripulantes capturados fueron liberados y el ancla de Filadelfia fue devuelta a los Estados Unidos en 1871, cuando el gobernador otomano en Trípoli, se la entregó al gobierno norteamericano.
El termino la política exterior de la rama de olivo lo adopta el diplomático Henry Kissinger y este es un claro ejemplo.