El síndrome de Estocolmo está inspirado en un personaje y estás a punto de descubrirlo.
Por Adriana Zamora, Productora Audiovisual
Clark, la miniserie escandinava que se transmite por Netflix, viene a llenar nuestras pantallas de un momento de risas, pero también de reflexión contra algo tan controversial sobre el funcionamiento de los sistemas de justicia alrededor del mundo.
Y es que, realmente te has preguntado ¿qué pasa por la mente de un criminal? ¿Cómo es que llegas a convertirte en uno? Y, ¿Cómo un sistema de justicia tiene la posibilidad o no, de cambiar el rumbo de las vidas de las personas presas? La historia de Clark, deja en el entredicho que, ser un criminal va más allá del bien y el mal. Y que, el síndrome de Estocolmo es un hecho y existe un personaje de la vida real que ha inspirado este cuadro patológico.
Entre risas, bromas que no son divertidas y un sentido del humor que si reflexionas te deja con más preguntas que risas, pone en la mesa lo que pasa por la mente de un criminal.
Algunos intentamos dar sentido a las acciones de los otros, algunos más, intentamos entender qué hicimos y cómo fue que nos permitimos ser víctimas de alguien más. Y otros, simplemente no nos damos cuenta que aquello que perjudica a otros, es algo que apoyamos y estamos orgullosos, es decir, ¿cómo me volví parte del síndrome de Estocolmo y ni siquiera me enteré?
Supongo que, a más de uno, nos ha pasado que nos vemos envueltos en situaciones que no podemos explicar, causas que defendemos pero que si viéramos a la distancia probablemente reprobaríamos.
Clark Olofsson, nuestro protagonista, durante seis episodios nos hará amarlo, odiarlo, enamorarnos de él, volver a odiarlo y sentir que él, es quien fue víctima del sistema y no nosotros de sus atrocidades. Navegando entre la ficción y la realidad, es imposible no preguntarnos, ¿el sistema le falló al protagonista de la serie? o, Clark, es lo suficientemente inteligente para hacernos creer que ¿él es la víctima y nosotros un peón y un daño colateral dentro de su realidad?
Entre privilegios, reglas hechas a la medida del protagonista y huecos legales y del sistema, Clark viene a contextualizar que la justicia no siempre cumple su papel y que las reglas fueron hechas para romperse. Un ser hilarante y retador, nuestro protagonista nos mostrará la aventura de su vida entre excesos, robos a bancos y el enfrentarse a su pasado, su presente y su futuro. Conjuntando lo mejor de la sátira, la aventura, una problemática social y entrando en lo más profundo de la mente de un criminal.
Con certeza, queridos lectores, vale la pena descubrirlo y hacer su propia reflexión.