Grupo México informó este viernes que presentó una oferta vinculante a Citi para adquirir hasta el 100% de Grupo Financiero Banamex, con el objetivo de que la institución continúe siendo mayoritariamente mexicana y consolidar su participación en el sistema financiero nacional.
La propuesta contempla la compra del 25% del capital a un múltiplo de 0.85 veces el valor libro, y del 75% restante a 0.80 veces el valor libro. En caso de que Fernando Chico Pardo y su familia decidan mantener su reciente inversión del 25%, Grupo México adquiriría únicamente el 75% restante, respetando los derechos minoritarios de los actuales accionistas.
De concretarse la operación, Banamex y sus subsidiarias quedarían bajo el control de Grupo México, con la intención de impulsar el acceso al crédito para familias y empresas en el país. La oferta incluye preservar la plantilla laboral y aprovechar la experiencia del equipo directivo para garantizar una transición ordenada y sin afectar los servicios a los clientes.
La propuesta está sujeta a la aprobación de Citi y de las autoridades financieras mexicanas. Grupo México también contempla la posibilidad de sumar en el futuro a otros inversionistas mexicanos, como afores, para fortalecer el capital y la operación de la institución.
Banamex, fundada a finales del siglo XIX, es una de las principales instituciones financieras del país, líder en créditos al consumo, con una base de depósitos sólida, alta solvencia y estrictos controles de riesgo.


Germán Larrea Mota-Velasco, presidente y principal accionista de Grupo México, es uno de los empresarios más poderosos de México, con intereses en minería, transporte y energía. Grupo México se ha consolidado como la mayor empresa minera del país y una de las más importantes a nivel mundial en cobre. Pero la empresa también se ha visto envuelta en serios agravios ambientales en el país
El caso del río Sonora es uno de los episodios más recientes y negligentes en la historia ambiental mexicana. En 2014, un derrame de 40,000 metros cúbicos de ácido sulfúrico y minerales tóxicos de pozas pertenecientes a las minas de Grupo México afectó los ríos Bacanuchi y Sonora, contaminando agua, flora, fauna y localidades en varios municipios de la entidad sonorense.
La catástrofe provocó daños ambientales y sociales graves, generando conflictos legales y cuestionamientos sobre la responsabilidad de la empresa y su presidente, Germán Larrea, en la responsabilidad ambiental y reparación de los daños a las comunidades afectadas. A la fecha, el caso sigue siendo un referente de los riesgos ambientales asociados a la minería en México y la percepción pública sobre la gestión corporativa de Grupo México.