Salvador Allende llegó democráticamente al poder en Chile en 1970, prometiendo reformas sociales y económicas significativas. Sin embargo, su gobierno se enfrentó a fuertes resistencias por parte de sectores conservadores y poderosos intereses económicos, apoyados por la CIA de Estados Unidos.
El 11 de septiembre de 1973, las fuerzas armadas chilenas, lideradas por el General Augusto Pinochet, llevaron a cabo un golpe de estado militar. El objetivo era derrocar al presidente Allende y poner fin a su gobierno socialista, lo que significó el inicio de una dictadura que duraría 17 años.
El episodio del 11 de septiembre comenzó en punto de las 8 de la mañana, cuando Allende transmitió unas palabras al pueblo chileno para advertir que una parte del ejército se estaba rebelando en contra del gobierno. Al terminar su mensaje, salió unos momentos a un balcón del Palacio de la Moneda, esa fue la última vez que se le vio con vida.
Alrededor de las 8:40 de la mañana, los militares emitieron un mensaje mediante unas antenas que habían intervenido en la madrugada, ordenando la rendición del gobierno. La respuesta del presidente Allende para las fuerzas armadas fue casi inmediata, aseguró que no se rendiría y se refugió en la sede del gobierno.
El Palacio de la Moneda fue rodeado por tanques militares a las 10 de la mañana, Allende sabía que en cualquier momento sería atacado el Palacio de la Moneda, por lo que solicitó al director de Radio Magallanes que transmitieran su mensaje, esas serían las últimas palabras que el pueblo chileno escucharía del presidente.
Aunque los militares abrieron fuego contra el Palacio de la Moneda desde las 11 de la mañana, fue hasta el mediodía que los aviones del grupo de la Fuerza Aérea de Chile bombardearon la sede en donde se encontraba el presidente atrincherado.
Unos minutos después de la 1 de la tarde, el General Javier Palacios encontró el cuerpo de Salvador Allende, quien, supuestamente, terminó con su propia vida con un fusil que le había regalado Fidel Castro.
El General Augusto Pinochet asumió la presidencia alrededor de las 10 de la noche, así inició una dictadura que duraría 17 años, un periodo en donde miles de chilenos fueron perseguidos, torturados y asesinados.
A 51 años de su muerte seguimos conmemorando su vida y reforzamos en la memoria de Latinoamérica y el mundo la figura de aquél hombre que siempre fue solidario con las luchas sociales, el incansable luchador por el socialismo democrático que cambió para siempre el rumbo de Chile.
Salvador Allende nació en 1908 según narra en sus memorias, su formación estuvo bajo la influencia de un viejo zapatero anarquista que vivía frente a su casa cuando aún era un niño, quien le aconsejaba algunas lecturas para intercambiar puntos de vista.
Al llegar a la universidad en Santiago, su interés por autores pilares del marxismo, las causas estudiantiles y los problemas sociales se alimentó de las discusiones que tenía con sus compañeros de la carrera de Medicina discutían estos temas.
En el sector estudiantil fue reconocido por su militancia con los sectores que luchaban por la reforma estudiantil, sin embargo, eso lo llevó a ser expulsado de la Universidad, encarcelado y juzgado.
La fama que creó durante su vida estudiantil tuvo consecuencias para sus primeros años como profesionista porque a pesar de haber sido un buen estudiante y graduarse con calificación alta nadie quería darle trabajo. El único trabajo que pudo conseguir fue haciendo autopsias en Valparaíso.
Cada día, al terminar su trabajo como médico, Salvador dedicaba su vida a organizar el Partido Socialista de Valparaíso. Su vida fue dedicada a seguir por esa línea con coherencia, basado en los grandes pilares de la teoría marxista como el materialismo y la lucha de clases.
Su vida estuvo dedicada al servicio del pueblo desde la política. Fue diputado, ministro de salubridad, senador y presidente de la cámara alta del Congreso chileno. En ese largo andar de la vida política fue candidato a la presidencia en cuatro ocasiones.
La última vez que fue candidato fue respaldado por la Unión Popular, una coalición política y electoral de partidos de izquierda, lo que le permitió ganar las elecciones y convertirse en el primer presidente marxista y socialista elegido por vía electoral dando inicio al proyecto que llamó “la vía popular al socialismo”.
Los ojos del mundo se posaron sobre Chile cuando Allende buscó instaurar un proyecto socialista por la vía pacífica. Una de las primeras acciones que trató de impulsar el presidente socialista fue profundizar las medidas asociadas a la nacionalización de las riquezas básicas y la profundización de la reforma agraria.
Cuando el gobierno de Allende nacionalizó el cobre en 1971 hubo consenso social generalizado al interior del país, el estado se hizo cargo los yacimientos del país y expropió los que se encontraba en manos de extranjeros, sin embargo, esta fue una las primeras acciones que desataron las alarmas internacionales
Otras de las importantes acciones del gobierno socialista de Allende fueron el control de la producción y distribución de la energía eléctrica, transportes y comunicaciones, la producción, refinación y distribución del petróleo, la producción de papel, la siderurgia, entre otras actividades.
Una buena parte de la sociedad chilena recuerda el periodo del gobierno de la Unión Popular como uno en el que se atendieron las necesidades básicas de las personas: en cuanto a educación se destinó el 7 por ciento del presupuesto y en consecuencia surge un interés social generalizado por estudiar, el alumnado aumentó a medio millón de personas y la educación universitaria duplicó su matrícula en los tres años de gobierno.
Respecto a los derechos de alimentación se implementó que cualquier niño o mujer embarazada tenían derecho a medio litro de leche diario.
También el derecho a la vivienda fue atendido durante el gobierno de Allende, se construyeron 100 mil viviendas sociales durante el primer año de gobierno, cifra que duplica la cifra del gobierno anterior.