El Sindicato de Maquinistas Alemanes (GDL, por sus siglas en alemán) inició, este 24 de enero, el paro total de trenes para el transporte de pasajeros. Los maquinistas buscan un nuevo acuerdo salarial con la empresa de ferrocarriles alemanes Deutsche Bahn (DB), así como la reducción de la jornada laboral.
Durante al menos seis días, la red de trenes de Alemania se mantendrá paralizada con el objetivo de hacer cumplir las demandas de los maquinistas en la que se incluye la reducción de la jornada laboral de 38 a 35 horas semanales, además del aumento salarial de 550 euros más del sueldo mensual.
Cabe recordar que, de no existir algún arreglo la huelga, ésta se extendería por seis días, lo que la convertiría en la huelga más larga en toda la historia moderna de Alemania. Se estima que cada día de huelga conlleva una pérdida de hasta 100 millones de euros.
Esta es la cuarta huelga de trenes en menos de un año, sumado al simultaneo paro de agricultores y camioneros, que protestan en contra del aumento de impuestos y el recorte de subsidios para el campo, consecuencia de la contracción de la economía alemana.
Deutsche Bahn (DB) es una empresa semipública que emplea a unas 200 mil personas en todo el país, responsable del mayor transporte ferroviario, en el que se mueven mercancías necesarias para varias industrias como la automotriz, metalúrgica y química.
La empresa informó en su página de internet que entrarían en función los servicios mínimos para el transporte de pasajeros: “la huelga de GDL causará trastornos masivos en todo el tráfico de larga distancia y regionales hasta el lunes inclusive" y añadió que “con los servicios mínimos DB da a sus clientes una oferta de viajes muy reducida, pero fiable".
El portavoz de la compañía informó que, en los casos de transporte a larga distancia, la empresa ha puesto en funcionamiento trenes ICE (IntercityExpress) de alta velocidad, extralargos para poder ofrecer a los pasajeros el mayor número de plazas posibles.
Mientras que Volker Wissing, ministro federal de Asuntos Digitales y Transporte de Alemania, calificó a la huelga como “destructiva” para la economía alemana, misma que se contrajo un 0,3% el año pasado.