La 30ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30) se lleva a cabo en Belém do Pará, Brasil, del 10 al 21 de noviembre. La sede, ubicada en la región amazónica, busca resaltar la importancia de los ecosistemas tropicales en la lucha contra el cambio climático y la conservación de la biodiversidad.
Durante la inauguración, el secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió que no cumplir con la meta de limitar el calentamiento global a 1.5 °C representa una “falla moral y un grave riesgo para la humanidad”.
Entre los principales acuerdos alcanzados destaca la creación del Tropical Forests Forever Facility (TFFF), un fondo internacional promovido por Brasil para financiar de manera permanente la conservación de los bosques tropicales. En su lanzamiento, 53 países firmaron la declaración de apoyo, con compromisos iniciales que superan los 5,500 millones de dólares. Noruega anunció una contribución de 3,000 millones, mientras que Brasil e Indonesia aportarán 1,000 millones cada uno.
Otro de los avances fue la aprobación de una “Llamada a la acción sobre la gestión integrada del fuego y resiliencia ante incendios forestales”. Esta iniciativa reúne a más de 40 países y busca desarrollar estrategias preventivas frente a incendios, incorporando ciencia, tecnología y los conocimientos de comunidades locales e indígenas. Además, la denominada “Agenda de Acción” de la COP30 promueve la participación de gobiernos locales, empresas y organizaciones civiles en la implementación de medidas para reducir emisiones y fortalecer la adaptación al cambio climático.
Los países de América Latina y el Caribe también emitieron una declaración regional, firmada en Ciudad de México, en la que reafirmaron su compromiso con el Acuerdo de París. El documento establece prioridades comunes, como la cooperación regional, la justicia climática y el fortalecimiento de capacidades técnicas y financieras para enfrentar los efectos del cambio climático.
México presentó en esta cumbre su tercera Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC 3.0), que incluye metas de reducción de emisiones hacia 2035, medidas de adaptación y acciones para atender pérdidas y daños. La delegación mexicana, encabezada por la secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Alicia Bárcena, destacó la importancia de integrar la justicia social, la participación de comunidades indígenas y el uso de tecnologías tradicionales en sus estrategias de acción climática.
A pesar de los avances, los países participantes reconocen que aún existen grandes desafíos para cumplir con las metas del Acuerdo de París. El éxito de los acuerdos dependerá de su aplicación efectiva, del financiamiento disponible y del compromiso político de cada nación.