El gobierno de Estados Unidos (EE.UU.) se mantiene firme en su estrategia para mantener el liderazgo en la carrera por los chips más avanzados de inteligencia artificial (IA), además de frenar el avance de China en esta materia para obstaculizar la transferencia tecnológica y reducir su dependencia con el país asiático.
El presidente estadounidense, Donald Trump, señaló que los chips desarrollados por la empresa Nvidia son los más avanzados del mundo, además de asegurar que los mismos se encuentran fuera del alcance de China. Asimismo, recalcó que los chips Blackwell, diseñados para tareas de IA de alto rendimiento, serán exclusivos para empresas de EE.UU., mencionando que “les dejaremos negociar con Nvidia (a China), pero no en términos de lo más avanzado”.
Aunado a la continuidad que el líder norteamericano le ha dado a su política de contención tecnológica, expertos estadounidenses en seguridad advierten que el acceso de China a chips avanzados de IA podría impulsar su capacidad militar y fortalecer su desarrollo autónomo en defensa y vigilancia digital.
Considerando que los chips Blackwell son clave para entrenar modelos masivos de lenguaje, simulaciones científicas y avances militares, analistas del sector sostienen que su uso incontrolado podría apresurar una carrera armamentista digital entre las dos principales potencias de la actualidad.
Por otra parte, y con el objetivo de garantizar su acceso a componentes para tecnologías de frontera, el gobierno de EE.UU. se hizo accionista, el 3 de noviembre, de la empresa especializada en la transformación de tierras raras, Vulcan Elements, que además trabaja con materiales esenciales para la industria tecnológica.
Lo anterior, es reflejo del objetivo estadounidense por disminuir la dependencia del suministro chino de tierras raras y por buscar blindar la cadena de suministro estadounidense frente a posibles tensiones comerciales con la nación asiática o sanciones futuras.
Ante la relevancia geopolítica que el mercado de los metales ha adquirido recientemente, el presidente Trump afirmó que la nueva política industrial estadounidense “no solo protege empleos, sino el futuro tecnológico del país”.