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  • 02 Aug 2024
  • 09:08
  • SPR Informa 6 min

¿El lenguaje inclusivo nos hace más feministas?

¿El lenguaje inclusivo nos hace más feministas?

Por Mónica Muñoz .

Los movimientos feministas han empapado la sociedad actual. La lucha por la igualdad de género ha conformado un movimiento social en el que también está la defensa del lenguaje, luchando por ser inclusivo. Pero en realidad, ¿el uso de la “e” nos hace más inclusivos?

Las actitudes machistas se han extendido tanto en la sociedad que el lenguaje, al menos el de habla hispana, ya supone, que cuando se habla de una generalidad, referirse al género masculino, por ejemplo, decir: los hombres, el ser humano, los estudiantes, y un sinfín más de palabras que invisibilizan a las mujeres solo en la forma de lenguaje, que habla ya de nuestra sociedad.

  Así, las mujeres estamos obligadas a sentirnos identificadas cuando se generaliza: los humanos o los estudiantes. Nos preguntamos entonces, ¿por qué un hombre no puede sentirse identificado con el género femenino?

  Aunque en México se ha tratado de implementar esta inclusión, sobre todo mediante el lenguaje escrito, en España, hay un fuerte movimiento feminista en el que, una cantidad importante de mujeres hacen este tipo de inclusión. Es por esto, que este análisis vamos a ceñirlo a mujeres españolas.

  Hay un vídeo llamado Lenguaje inclusivo: Manera feminista de hablar nosotres, todes, en el que aparece una mujer en una marcha por la defensa del género, y, como es predecible, utiliza en su discurso “nosotres”, “agrupades”. En un segundo acercamiento, se escucha “nosotras no estamos abiertas”, y más adelante dice “nosotres no estamos abiertos o abiertas”. Lo que denota que en el primer caso hizo un esfuerzo extremo por sustituir la letra e. En el segundo momento, en el cual, el diálogo es mucho más espontáneo, marca el género “nosotras” haciendo referencia a su género, cuando lo corrige, se observa que dice “abiertos”, lo cual denota una prioridad en el uso del género masculino en el habla.

 Lo mismo pasa con varias mujeres e incluso yo me he sorprendido haciendo esta corrección de género.

  Cuando hablamos de mujeres en la política, hacen uso de la duplicación de pronombres y sustantivos, por ejemplo los miembros y las miembras, aunque en discursos políticos hacen un énfasis y alargan su discurso hasta usar las palabras con E.

  La conducta lingüística del uso de la E, está relacionada con una identidad feminista, que hace un esfuerzo por incluir el uso de la E tanto en pronombres, artículos y sustantivos en sus frases discursivas de defensa del lenguaje. Sin embargo, se nota un esfuerzo de pensamiento cuando quieren hacer uso de la E, hay una pausa que denota el sobrepensar de la siguiente palabra. Más aún, se nota todavía, que, cuando se ven emocionalmente afectadas, o presionadas para defender su postura feminista, caen en el uso tradicional del idioma, usando palabras como “nosotras” para referirse a ellas o incluso “abiertos” haciendo referencia a una generalidad de seres humanos, olvidándose del lenguaje.

  Dicho comportamiento tiene su sustento lingüístico en varios autores.

  Comenzaremos hablando de Labov, quien, a través de su estudio realizado en diferentes tiendas en centros comerciales, se hizo notoria la particularidad fonológica de la R: la presencia o ausencia de dicho sonido en posición posvocálica, con lo cual se reveló “como extraordinariamente susceptible de mediciones múltiples de estratificación social o estilística”, o dicho en otras palabras, la evaluación social ejercida mediante jerarquías de estatus o de prestigio. En el caso de los almacenes se comprobó que de acuerdo a la posición jerárquica, los almacenes de más alta posición arrojaron valores más altos del uso de la R, los de posición media se situaron en valores intermedios y los bajos en la más baja. Si bien en el caso de las mujeres, parece no haber una incidencia jerárquica, sí se puede observar, que hay una cuestión de prestigio social de defensa al género femenino al utilizar este tipo de lenguaje, ya que, como sucede en la muestra, es sólo durante movimientos feministas o actos políticos públicos en donde se encuentra la incidencia de la letra E en el lenguaje inclusivo, y aún en estos casos, sólo en 2 de 5 casos de mujeres feministas utiliza la E, es decir el 40% de la población de la muestra utiliza este lenguaje y es en eventos públicos como manifestaciones o discursos políticos cuando se muestra, no en el lenguaje cotidiano de una plática convencional. Por esto, es que se denota el uso por prestigio al pertenecer a cierto sector de la población femenina defensora de los derechos de la mujer, públicamente.

  Siguiendo con esta idea del prestigio, en “El papel de las diferencias de género”, se señala que las mujeres eran enviadas a internados franceses, y por lo cual, gracias a esta educación, adoptaban este acento romance, cambio lingüístico que se reflejaba en la educación de sus hijos cuya educación fue francoparlante. De la misma manera, la educación en España, ha influido en el feminismo y por ende en la asociación de la igualdad de género con el uso inclusivo del lenguaje. Desde 1975, catalogado como el primer día de la liberación de la mujer, España ha tenido un pensamiento colectivo feminista que se agudizó gracias a la promulgación de la Ley de Igualdad en el año 2007. Dicho contexto social, ha influido para que las mujeres adopten y defiendan esta corriente, siendo las mujeres consideradas como “feministas” las que se esfuerzan en el cambio lingüístico mediante el uso de la E o la mención de los sustantivos y pronombres en ambos géneros.

  En el mismo texto, se hace un estudio sobre las chicas “burn out”, que corresponden al grupo de mujeres jóvenes con menos aspiraciones académicas y por otra parte las “joke”, es decir las chicas más entusiastas en cuestiones escolares, se observa que las chicas burn out pronuncian all noither, es decir, una variación del lenguaje para expresar su identidad no alineada a las normas escolares, y un cierto tipo de personalidad despreocupada y popular.

  Dicha conducta lingüística, como lo menciona Eckert y Mc Conell-Ginet, “tiene un significado social”2. En contraste con nuestra premisa de las feministas, también existe aquí un significado social, ya que corresponden a un grupo de mujeres que defienden el género, dos de cada cinco mujeres, se esfuerzan por incluir en una sola palabra el uso de la e y cuatro de cada cinco por hacer una inclusión del lenguaje. Por tanto, igual que las chicas bunt out, buscan generar una identidad, pertenecer a cierto grupo social defendiendo a las mujeres en la sociedad.

En este sentido también podemos observar que las mujeres que hacen un esfuerzo por incluir la E en el lenguaje, son mujeres jóvenes o mujeres que se dedican a la política, lo cual está en sintonía con cierto mensaje de esperanza, son mujeres que quieren transformar algo que ya está establecido, quieren derribar el modelo tradicional de desigualdad de género.

Aunque el uso del lenguaje no nos hace feministas, sin embargo, es un primer acercamiento a que nuestra realidad vaya tomando una forma mucho más equitativa, al fin y al cabo el lenguaje es la manera en que concebimos al mundo. En este esfuerzo lingüístico por transformar, todavía existen inconsistencias gramaticales como hemos visto, sin embargo, tratar de romper los patrones a través del lenguaje, es un paso importante para poder transformar y reivindicar el lugar de las mujeres en el mundo.