Es cierto que el efecto “López Obrador” en 2018 logró que en la mayoría de los casos se ganaran mayorías de congresos locales, gubernaturas y por supuesto, los gobiernos municipales. El pueblo de México le dio la oportunidad a cientos de alcaldes para que pudiesen transformar su realidad municipal. Unos cumplieron la encomienda, otros quedaron a deber, pero en algunos casos hasta decepcionaron y por eso es que perdieron su reelección en el 2021.
Quizás uno de los casos de mayor éxito de una alcaldesa, es el de Clara Brugada, quien lidera los esfuerzos en la alcaldía más poblada de la Ciudad de México y del área metropolitana: Iztapalapa. Clara le dio un giro total a la realidad de sus vecinos. Disminuyó la delincuencia, mejoró el desarrollo urbano, diseñó su programa estrella, “Utopías” y un sinfín de cosas que cambiaron la cara de una alcaldía que fue estigmatizada para mal. Así como Brugada existen muchos casos de éxito que ensalzaron el nombre de la Cuarta Transformación. Sin embargo, como en todos lados donde existen claros, también están los oscuros, aquellos que desprestigian la lucha de años de la izquierda.
Gobiernos que terminaron opacos porque traicionaron los principios de No mentir, No robar y No traicionar. Que inclusive han sido denunciados en más de una ocasión públicamente y hasta los oídos del presidente Andrés Manuel ha llegado la información de malversación de recursos y de más vicios que los mexicanos repudiamos.
La línea desde la máxima magistratura de nuestro país ha sido la de servir y no la de servirse; la de defender los intereses del pueblo, no los propios; terminar el sectarismo, la represión, la extorsión, no alimentarlos; promover la libertad de expresión. “Prohibido prohibir” menciona AMLO en sus conferencias mañaneras.
Aunque para muchos alcaldes no terminan por retumbar esas palabras, pues lo primero que hacen al saber que se promueven ideas contrarias o que no favorecen a sus intereses de cacicazgo y de perpetuarse en el poder, utilizan a las policías municipales como bandoleros para arrestar y remitir al juez conciliador o cívico a quienes les parecen una amenaza, cobrando multas excesivas, sin que ellas se vean reflejadas en la hacienda municipal.
A esos alcaldes les quedan muy grandes las marcas: AMLO, Morena y 4T. Que claramente son sinónimos para millones de esperanza y honestidad.
Contra ellos también debe ser la lucha, pues no merecen volver a ocupar algún cargo público y mucho menos por el partido guinda, que a la militancia tanto trabajo le ha costado levantar y volverlo lo que es hoy.
Es momento de que en aquellos lugares donde se denigró la realidad de sus ciudadanos, se reivindique el camino con cuadros reales, que entiendan de ideales y no solo de negocios, y que además se respete los cambios de género y se les den oportunidades a nuevos liderazgos o aquellos que han luchado por años en sus comunidades y realmente han demostrado amor por su municipio.
Los y las presidentas municipales no son mini emperadores de sus municipios, están bien definidas sus facultades y atribuciones en el articulo 115 constitucional, y por supuesto, para los emanados del movimiento transformador, en la declaración de principios de Morena.
Para que exista una verdadera transición de régimen, se debe tener una coordinación constante y congruente entre los tres órdenes de gobierno. Todo con la finalidad de acabar con el letargo de más de 90 años que existe en nuestro país.
Los Ayuntamientos deben acercar servicios públicos eficientes a sus municipios, las entidades federativas lograr una sana convivencia entre los ciudadanos, además de ejercer las atribuciones que tienen en el articulo 116 constitucional y la federación guiar la política económica, exterior, interior, de seguridad y otras tantas que vienen en las leyes de nuestro país.
En 2024 haremos un referéndum de nuestros gobiernos municipales, en los estatales y en el federal. Está en nuestras manos el poder de elección, que hoy más que nunca tenemos, ¿qué haremos con él?
Son tiempos de cambio, no de retroceso.