TikTok cambió de país, ¿y tu muro de dueño?

Resulta lógico que la venta de una empresa de redes sociales con el tamaño y éxito de TikTok genere suspicacias, incertidumbre y dudas, no sólo para quienes usan la aplicación a nivel usuario, sino también para quienes sacan provecho gracias a ella, ya sean empresas, influenciadores y hasta gobiernos. 

Y es que hoy en día las redes sociales se han convertido en un elemento presente en nuestras vidas diarias: muchos de nosotros vemos al despertar y antes de dormir redes sociales, ya ni se diga de aquellas personas que monetizan a través de éstas. Es más, es tal su importancia que hasta el -genocida- primer ministro de Israel aceptó que las redes sociales, y en especial TikTok, son un arma fundamental en el siglo XXI. 

Entonces, si las redes sociales son tan importantes, ¿qué implicaría la venta de una de las principales plataformas a nivel mundial? ¿Afectaría sólo a China y Estados Unidos o se exportaría el problema a nivel mundial? ¿Cómo el reordenamiento del mercado internacional de redes sociales impactará en las relaciones entre países?

Ya desde el artículo pasado hablé acerca del acuerdo entre Estados Unidos y China para vender TikTok, por lo que ahora centraré mi atención en las consecuencias sin ahondar en el convenio.

Ahora que TikTok EUA entrará en la esfera de control americano, es muy probable que el contenido que habite ahí se parezca más aún al contenido de plataformas como Instagram, X o Facebook, ya que el acuerdo establece el reentrenamiento algorítmico de TikTok con datos estadounidenses; por tanto, esto puede generar fricciones con ciertos usuarios o la migración a otras plataformas. 

Además, TikTok EUA no solo presentaría riesgos de homologación con sus pares estadounidenses, sino que, con el reentrenamiento algorítmico, es probable el algoritmo pierda efectividad; además, con la práctica de la supuesta libertad total de expresión como en X, es probable que en la nueva aplicación florezcan más espacios para el radicalismo y los discursos extremistas, sobre todo de ultraderecha. 

Dado que el algoritmo de TikTok EUA se reentrenará con datos estadounidenses, es probable que ciertos hechos se modifiquen para dar la sensación de consenso sobre temas complejos tal como las identidades trans, el progresismo y, más aún, los hechos en torno a Israel, el sionismo y el genocidio cometido en Gaza.

En lo que corresponde a la promoción de una agenda conservadora, el tema del sionismo es prioritario, no solo porque el mismo Netanyahu ha empezado una cruzada digital para recuperar la imagen y el apoyo perdido a causa del genocidio que están cometiendo, sino porque el empresario que más se beneficiaría de la compra de TikTok sería Larry Ellison, ex CEO de Oracle y dueño de un naciente imperio mediático, el cual es un leal patrocinador de Israel y sus fuerzas armadas, por lo que es de esperarse que en el nuevo TikTok EUA las figuras pro Israel cobren relevancia gracias algoritmo, así como al dinero que Israel piensa invertir en influenciadores para lavar su imagen de genocidas. 

Pese a lo anterior, también está el tema económico, ya que si bien se vislumbra que la promoción de una agenda conservadora y pro Israel serán prioridades en esta nueva plataforma, los inversores no estarán contentos de perder dinero, por lo que es probable que este factor obligue a mantener ciertas narrativas y personajes relevantes, aunque con más controles de por medio, justo como lo hace X, Instagram o Facebook, los cuales permiten cierta presencia de narrativas pro Palestina, pero bajo una vigilancia e intervención constante. 

En la lógica anterior, si TikTok EUA comienza a perder dinero, es probable que se introduzcan cambios con el objetivo de aumentar el dinero que perciben de su masa de usuarios, probablemente a través del cobro de suscripciones o con más publicidad por recomendación.

Por otro lado, es probable que ahora la siguiente frontera de la batalla tecnológica en torno a TikTok y el control de la conversación publica se traslade a nivel internacional, por lo que EUA podría intentar que sus “aliados” fomenten el uso de TikTok EUA en vez de TikTok global, acompañado de una fuerte propaganda a favor de la libertad de expresión, la democracia o algo por el estilo, así como con presión diplomática de por medio. 

El lograr el control de los servicios tecnológicos alternativos a Estados Unidos le permitirá a Washington el reforzamiento de operaciones de influencia e información, por lo que los países que acepten y queden bajo el sometimiento hegemónico estadounidense estarán en riesgo de sufrir la injerencia de Estados Unidos, ahora ya no en forma de ONGs o ayuda internacional tipo USAID, sino a través de ecosistemas informativos digitales que promocionen algorítmicamente los intereses de EUA, tal como ya lo hace X.

También este acuerdo abriría la puerta para que empresas estadounidenses operen en China, ya que una de las razones por las cuales las empresas de Estados Unidos abandonaron el mercado chino fue por negarse a cumplir el estricto control legal, así como por no ser más flexibles en el tipo de cooperación permitida con el gobierno, algo que podría cambiar tras el acuerdo de TikTok con el gobierno de Estados Unidos. 

En este sentido, todavía queda en duda el tema de la propiedad intelectual, ya que esta razón no solo queda pendiente de resolver en el acuerdo con TikTok, sino también porque las empresas estadounidenses siempre han sido reacias en la transferencia de tecnología, por lo que, si el acuerdo permite una transacción parcial de propiedad intelectual, es posible que las empresas estadounidenses hagan lo propio con tal de tener presencia en un mercado con más de 1,100 millones de habitantes.

Asimismo, el acuerdo podría implicar tácitamente que ambas potencias aceptan repartirse el mundo en zonas de influencia y seguridad, lo que se suma al acercamiento de Trump con Putin y Rusia, a lo que habría que preguntarse si estamos viviendo un reordenamiento calculado de zonas de influencia entre los tres grandes poderes del mundo.

Lo anterior implicaría un modelo de cooperación hegemónica no presente en la guerra fría, el cual consistiría en la gestión de la hegemonía del rival en favor de la hegemonía propia, una especie de ganar-ganar con una repartición tácita de áreas de influencia internacional. 

La desaparición de alternativas ante la hegemonía de uno u otro actor convertiría zonas enteras del mundo en enclaves digitales que funcionen más como la caverna -del mito de la caverna de Platón- que como tecnología con un potencial liberador. 

Ahora bien, en el tema de la funcionalidad, es de esperarse que TikTok EUA no siga los planes de expansión de TikTok global, especialmente en lo que respecta a extensiones de la propia plataforma o aplicaciones interconectadas como TikTok música, restándole atractivo frente a su opción global. Conforme pase el tiempo entre los dos TikTok es factible que uno no se parezca al otro, mucho dependerá del nivel de control que ejerzan sobre TikTok EUA.

En definitiva, la venta de TikTok no puede entenderse únicamente como una operación comercial, sino como un movimiento estratégico dentro de la disputa tecnológica y geopolítica más grande de nuestro tiempo. Estados Unidos no solo adquiere una plataforma de entretenimiento, sino un canal masivo de influencia y control narrativo que puede reconfigurar agendas políticas, económicas y sociales a escala global.