El secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente, compareció este 8 de octubre ante la sesión de la Cámara de Senadores, donde aseguró que existe tranquilidad respecto a la próxima revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Durante su intervención, el canciller explicó que las negociaciones del tratado avanzarán conforme a los tiempos establecidos, y subrayó que actualmente el proceso se encuentra en la etapa de consultas públicas. Se prevé que la revisión formal del acuerdo inicie el próximo año.
“Nuestra relación con América del Norte es, sin duda, la que más energía y más tiempo consume por razones naturales a la Secretaría de Relaciones Exteriores”, apuntó De la Fuente.
El funcionario también informó que el diálogo con los gobiernos de América del Norte comenzó desde las primeras llamadas entre la presidenta Claudia Sheinbaum y el expresidente estadounidense Donald Trump, y se ha fortalecido recientemente con la visita del senador Marco Rubio y el secretario del Departamento de Estado de Estados Unidos.
En el marco de esa visita, se reafirmó la postura del gobierno mexicano en torno a la cooperación en materia de seguridad. Como resultado, se estableció un programa conjunto y se logró el reconocimiento del gobierno estadounidense sobre la importancia de abordar el tráfico ilegal de armas.
“Hace un dos de días, en la comparecencia que tuvo la fiscal Pam Bondi ante el Senado de los Estados Unidos... ella misma reconoció que efectivamente era necesario fortalecer y reforzar el tráfico de armas con la frontera en nuestro país”, destacó el canciller.
Recordó que “sigue vivo” el litigio ante la Corte Federal del Distrito de Arizona en contra de las tiendas vendedoras de armas y que avanzó a la etapa de producción de evidencia.
En materia migratoria, reiteró que el gobierno de México no considera que la migración sea “una actividad ilegal o ilegítima”, sino un derecho humano que debe ser regulado para poder apoyar a los migrantes.
Finalmente, el canciller expuso que el diálogo con los gobiernos de Estados Unidos y Canadá se basa en los principios delineados por la presidenta Sheinbaum: cooperación, coordinación sin subordinación y pleno respeto a la soberanía nacional.