El Consejo de Seguridad de la ONU llamó este viernes a Israel e Irán a evitar una mayor escalada del conflicto tras los ataques aéreos israelíes contra instalaciones nucleares y militares en territorio iraní, advirtiendo que una expansión del enfrentamiento tendría consecuencias devastadoras para la región y el mundo.
Durante una sesión de emergencia solicitada por Irán, la secretaria general adjunta de Asuntos Políticos de la ONU, Rosemary DiCarlo, expresó su alarma por los impactos inmediatos de los ataques, que incluyeron el cierre del espacio aéreo en varios países vecinos y la activación de alertas máximas en sus fuerzas de seguridad. También se reportó el lanzamiento de misiles hutíes hacia Israel, uno de los cuales habría alcanzado Cisjordania ocupada, dejando varios heridos.
Los bombardeos israelíes, ocurridos la madrugada del viernes, dañaron gravemente la planta de enriquecimiento de uranio en Natanz, dejando un saldo preliminar de cuatro altos mandos militares iraníes muertos, además de científicos y decenas de civiles.
El director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, confirmó desde Viena que, pese a los daños, los niveles de radiación en Natanz se mantienen controlados y no representan una amenaza inmediata para la población o el medio ambiente. Sin embargo, admitió que hay contaminación radiológica y química dentro de las instalaciones.
“El tipo de radiación presente es manejable con medidas de protección adecuadas, pero reiteramos que las instalaciones nucleares nunca deben ser blanco de ataques”, subrayó Grossi. El funcionario aseguró que el OIEA se mantiene en contacto con inspectores en ambos países y está dispuesto a facilitar discusiones técnicas para preservar la seguridad de los complejos nucleares y el carácter pacífico del programa nuclear iraní.
Varios países miembros del Consejo expresaron su preocupación por una posible conflagración regional. El embajador de Rusia, Vasily Nebenzya, calificó la operación israelí como “una aventura sumamente peligrosa e irresponsable”, advirtiendo que empuja a la región hacia una “catástrofe nuclear de gran escala”. Rusia responsabilizó al gobierno israelí y a sus aliados por las consecuencias.
Por su parte, China condenó los ataques y urgió a evitar un nuevo “incendio” en Oriente Medio. “Nadie necesita más violencia en esa región. Es momento de diálogo y no de confrontación”, señaló su representante permanente ante la ONU.
El representante estadounidense, McCoy Pitt, reconoció que su país fue informado con antelación de los ataques, pero negó participación directa en la ofensiva. Justificó las acciones israelíes alegando que fueron una respuesta a “ataques no provocados” de Irán, realizados de forma directa o a través de aliados regionales.