Al menos tres personas murieron y varias más resultaron heridas este 27 de julio tras el descarrilamiento de un tren de pasajeros cerca de Riedlingen, en el estado de Baden-Württemberg, al sur de Alemania.
El accidente ocurrió en una zona boscosa a unos 158 kilómetros al oeste de Múnich, cuando al menos dos vagones se salieron de las vías. Según autoridades locales, unas 100 personas viajaban a bordo del tren regional al momento del incidente. Las causas aún se investigan, aunque se analiza si las tormentas eléctricas registradas en la zona horas antes influyeron en el percance.
Equipos de rescate, bomberos y personal médico continúan en el lugar para atender a los heridos, muchos de los cuales fueron trasladados a hospitales con lesiones de consideración. Las imágenes difundidas por medios alemanes muestran vagones volcados y personal de emergencia ingresando al convoy para localizar víctimas y sobrevivientes. La vegetación densa y las condiciones climáticas han dificultado parte de las operaciones.
El canciller alemán, Friedrich Merz, expresó estar “conmocionado” por lo sucedido y señaló que se mantiene en estrecha comunicación con los ministros del Interior y de Transporte, a quienes instruyó brindar apoyo total a los cuerpos de emergencia. Por su parte, la compañía ferroviaria Deutsche Bahn afirmó que colabora activamente en las investigaciones y reiteró su compromiso con la seguridad ferroviaria, además de expresar su solidaridad con los afectados.