El rey Carlos III oficializó este 5 de julio en el Palacio de Buckingham al líder del Partido Laborista, Keir Starmer, como el nuevo primer ministro de Reino Unido y le encomendó la formación del nuevo Gobierno.
Esta designación sucede después de que el pasado jueves 4 de julio se realizaron las elecciones generales del Reino Unido en donde el partido laborista obtuvo 412 escaños frente a los 121 que obtuvo el partido conservador, de Rishi Sunak, que ha sufrido la peor derrota de su historia tras 14 años en el poder.
Los conservadores se hunden en una crisis sin precedentes con 119 escaños, lo que supone una pérdida de 248 escaños en el parlamento respecto a los conseguidos por el exdirigente Boris Johnson en 2019 debido a que los laboristas han conseguido este jueves un 36% del voto, frente al 23% de los conservadores (con una participación en torno al 60%).
El abogado de 61 años estudió derecho en la Universidad de Leeds y posteriormente realizó un posgrado en la Universidad de Oxford y creció en el seno de una familia de clase trabajadora.
En 2020 se convirtió en el líder del Partido Laborista, después de que Jeremy Corbyn dimitió tras sufrir varias derrotas electorales. Además, fue portavoz de Corbyn para el Brexit entre 2016 y 2020, un periodo en el que el político por los resultados del referéndum británico estaba en su punto álgido.
Cabe resaltar que Starmer apoyó los argumentos que estaban a favor de la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea y presionó al Gobierno para que presentará una estrategia de salida más elaborada o que presentará otro referéndum sobre la cuestión.
Sus principales propuestas giran entorno al tema de la inmigración, con la creación de un nuevo Comando de Seguridad Fronteriza, la educación con mayor gasto público para la contratación de profesores; seguridad en donde resalta la propuesta de la lucha contra el extremismo y el ecologismo con un plan de “prosperidad verde” que busca aprovecha la energía limpia para mejorar la seguridad energética.