El ministro del Interior de Colombia, Armando Benedetti, señaló este martes que el atentado del sábado contra el senador y aspirante presidencial Miguel Uribe Turbay podría estar relacionado con la ola de ataques registrada esta mañana en el suroeste del país, que dejó al menos ocho muertos y decenas de heridos.
“Se rechazan totalmente (los atentados), son actos cobardes y hay algunas indicaciones —ojo, son hipótesis que falta por concretar y falta más investigación— de que pueden estar relacionados con el atentado del sábado”, declaró Benedetti en rueda de prensa.
La hipótesis surge de análisis realizados por la Policía Nacional, la Dirección Nacional de Inteligencia y tres Consejos de Seguridad efectuados desde el fin de semana, que acumulan más de 15 horas de deliberaciones. Según el ministro, la conexión entre los hechos está siendo evaluada, aunque por ahora no hay confirmación oficial.
Durante la madrugada del martes, una serie de atentados casi simultáneos sacudieron los departamentos del Cauca y Valle del Cauca, con explosiones, coches bomba y ataques a estaciones de policía. El Ministerio de Defensa y el Ejército Nacional atribuyeron los ataques a la estructura criminal liderada por alias ‘Iván Mordisco’, jefe del Estado Mayor Central (EMC), la principal disidencia de las extintas FARC.
El atentado ocurre apenas tres días después del ataque contra el senador Miguel Uribe Turbay, quien fue tiroteado por un menor de edad durante un acto de campaña en Bogotá. El político, de 39 años, permanece en estado crítico en una clínica de la capital, mientras las autoridades investigan el trasfondo del hecho.
Ante este clima de violencia, el presidente Gustavo Petro manifestó su disposición de reunirse con líderes de la oposición y expresidentes para “bajar el tono” de la confrontación política y establecer reglas mínimas de respeto institucional.
“Lo que quieren los violentos es sembrar el caos y fracturar aún más a la sociedad. El llamado del Gobierno es a no caer en esa trampa”, expresó Benedetti.
Los recientes hechos han encendido las alarmas sobre un posible recrudecimiento de la violencia política en el país, evocando los años 90, cuando varios candidatos fueron asesinados en medio de la presión de grupos armados ilegales.