Adán, la cercanía con el pueblo

Nos acercamos al final del periodo que nuestro partido Morena convocó para que la y los aspirantes a la coordinación de la defensa de la cuarta transformación, recorrieran el país para establecer vínculos con el pueblo y marcar su postura política rumbo a la encuesta que definirá a quien resulte elegido.

Se trata de un ejercicio en el cual cada una y uno de los aspirantes aceptó las reglas, acordó respetar los procesos. En este ejercicio resulta particularmente interesante la imagen de Adán Augusto López Hernández, quien en poco tiempo ganó la simpatía, aprecio y cariño de mucha gente a lo largo del territorio nacional.

En 2021, el presidente Andrés Manuel López Obrador pidió al entonces gobernador de Tabasco, asumir la titularidad de la Secretaría de Gobernación. Fue una decisión que no se tomó a la ligera; por el contrario, fue analizada, planificada y tomando en consideración las aptitudes, habilidades y experiencia para tomar el control de la gobernabilidad de nuestro país.

La figura de Adán Augusto para nuestro presidente es clave en el ejercicio del gobierno de la cuarta transformación. Un hombre con la suficiente capacidad de poder escuchar a todos los sectores de la población, con la sensibilidad de poder comprender y ponerse en lugar del otro para lograr resolver conflictos, con la inteligencia para saber que en el otro, en el que piensa diferente a nosotros hay razones profundas que pueden llegar a ser productivas para el bien de nuestra patria. Es un verdadero constructor del diálogo.

Adán asumió la responsabilidad de garantizar la gobernabilidad de todo el país, sabiendo que en su casa, Tabasco, permeaba la estabilidad que él ayudó a propiciar. Dejó el ejercicio del poder en su estado para luchar por una causa aún más noble: servir a todas y todos los mexicanos desde la Secretaría de Gobernación.

Además de las virtudes que le son reconocidas, como la inteligencia, la paciencia, el saber escuchar y ponerse en el lugar y en los zapatos del otro, Adán Augusto entiende perfectamente el ejercicio de la política. Entendiéndola no sólo en su aspecto de acceso, control y administración del poder, sino como la disciplina que permite a los seres humanos construir acuerdos y llegar a consensos; resolver nuestras diferencias y hallar puntos de conversión. En ese sentido, para Adán la política es la disciplina que nos permite construir la paz y ser unos de los vehículos para alcanzar la justicia. Coincido en este proyecto con él porque junto a nuestro presidente, asumimos a la política como una herramienta indispensable para alcanzar el bien común a través de la correcta administración del poder y la fuerza en las instituciones del Estado. 

En este periodo, las actividades de nuestro compañero Adán se centraron en acercarse de manera permanente al pueblo para escucharlo y comprenderlo. Para nosotros es importante resaltar que su discurso estuvo alejado de ataques a los demás contendientes; por el contrario planteó de manera contundente la necesidad de caminar unidos, defendiendo la cuarta transformación, los proyectos del país; los  proyectos de la vida. 

Es constructor de unidad gracias a su actitud de serenidad; no ha sido dubitativo y tampoco ha cambiado su posición de ser respetuoso del resultado de las encuestas. Adán privilegió el contacto directo con los ciudadanos y con el pueblo; se rige bajo la máxima premisa de escuchar, escuchar y siempre escuchar. Es el único aspirante asesorado por las voces de la gente, del pueblo, no por una cúpula de intelectuales o de empresas de marketing. Sabe que la imagen política se construye con autenticidad, asumiéndola como un producto que no se compra ni se vende; lo asesora la voz de la gente, la voz del pueblo, la voz que tiene la única verdad en la política.