Una jueza federal de Maryland emitió una orden temporal que evita que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) pueda detener nuevamente a Kilmar Ábrego García, horas después de que fuera liberado de un centro de detención migratoria por mandato judicial.
Ábrego García se presentó este viernes por la mañana a una cita programada en una oficina de ICE, apenas 14 horas después de su liberación, por lo que sus abogados solicitaron una medida urgente para impedir un nuevo arresto, petición que fue concedida por la jueza de distrito Paula Xinis.
La resolución establece que las autoridades no podrán detenerlo nuevamente hasta que se celebre una audiencia sobre la orden de alejamiento temporal. Xinis sostuvo que Ábrego probablemente tenga éxito en una nueva solicitud para frenar su detención, subrayando que “para que el público tenga alguna fe en la administración ordenada de justicia, el remedio tan limitado del Tribunal no puede ser tan rápido y fácilmente trastocado sin más informes y consideración”.
La jueza también reiteró que la ausencia de una orden de deportación válida impide al gobierno de Trump proceder con su expulsión.
Ábrego, originario de El Salvador y residente en Maryland con su esposa e hijos, fue deportado en marzo a una megacárcel salvadoreña pese a una sentencia de 2019 que prohibía su traslado por riesgo de persecución. Su envío erróneo desencadenó un prolongado litigio que se convirtió en un caso emblemático de las políticas migratorias estadounidenses.
Tras reconocerse fallas de procedimiento en su deportación, diversos jueces federales y una Corte Suprema estatal ordenaron de forma unánime a la administración Trump facilitar su retorno, al considerar que su arresto había sido ilegal. En junio, Ábrego fue repatriado para enfrentar cargos de tráfico de personas en Tennessee, ante los que se declaró inocente.
Pese a ello, la administración intentó deportarlo a terceros países, como Ghana, Liberia y Uganda, mientras lo vinculaba públicamente con la pandilla MS-13, acusación que no ha derivado en condena alguna. Sus abogados también han denunciado que, durante su detención en El Salvador, sufrió golpes, privación del sueño y tortura psicológica.
Después de quedar bajo custodia de su hermano en Maryland, ICE volvió a detenerlo y lo recluyó en Pensilvania. En agosto, la jueza Xinis ordenó frenar cualquier intento de deportación inmediata.
La nueva resolución mantiene a Ábrego temporalmente protegido de una nueva detención mientras avanza su proceso judicial y se analiza el fondo de su caso.