Se confirmaron al menos 57 muertos, más de 100 heridos y un número indeterminado de personas bajo los escombros después del terremoto de magnitud 7.6 en la escala de Richter, de acuerdo con la radiodifusora de Japón, Nippon Hōsō Kyōkai (NHK).
El movimiento sísmico se produjo el 1 de enero del 2024 a las 16:10 hora local de Japón (07:10 hora media de Greenwich, GMT).
La Agencia Meteorológica de Japón (JMA) indicó que el epicentro del terremoto se ubicó al noreste de Anamizu, en la prefectura de Ishikawa, Japón, a una profundidad de 10 kilómetros y posteriormente se registraron 155 réplicas, en su mayoría con magnitudes superiores a 3 grados en la escala de Richter.
El fenómeno causó derrumbes de casas y edificios, afectaciones en calles y autopistas, deslaves y daño estructural en múltiples construcciones, por lo que las autoridades evacuaron a cerca de 46 mil personas de las zonas afectadas y se exhortó a la población a no regresar a sus hogares si éstas presentan daños o están en riesgo de colapso.
Asimismo, se interrumpieron los servicios de transporte, comunicación, agua potable y electricidad de la prefectura de Ishikawa, dejando a más de 36 mil hogares sin luz, de acuerdo a la empresa de electricidad, Hokuriku Electric Power.
Al corte del 2 de enero, los servicios de emergencia de la prefectura de Ishikawa han recibido más de 290 mil llamadas de auxilio, mientras que 19 centros de salud de Ishikawa, y 2 den Niigata, están al borde del colapso por los heridos del terremoto.
Por su parte, el primer ministro de Japón, Fumio Kishida, ordenó el envío de ayuda humanitaria por vía aérea y marítima a los afectados del terremoto, priorizado el rescate de las víctimas que aún se encuentran entre los escombros.
La empresa de energía, Kansai Electric Power, anunció que no se detectaron afectaciones en las plantas nucleares de la zona cercana al terremoto, así como la central Shika de Hokuriku, la más cercana al epicentro, la cual se encontraba en inspección de rutina, por lo que los dos reactores estaban apagados.
Debido a esta catástrofe, se activaron múltiples alertas por tsunami a lo largo de la costa occidental de Japón, esperando olas de más de 5 metros, por lo que los pobladores de las costas buscaron refugio en zonas altas.
Sin embargo, el 2 de enero del 2024 se levantaron las medidas preventivas ya que las olas no superaron el metro y medio de altura.
Esta alerta de tsunami no se daba desde el 2011 después del terremoto de magnitud de 9.0 en la escala de Richter que azotó a Japón, uno de los 5 más fuertes del mundo desde que se comenzó a tener registro en 1900.
Este terremoto produjo un tsunami con olas de más de 10 metros que dejó un saldo de entre 16 mil y 18 mil fallecidos, y detonó una crisis en la central nuclear de Fukushima más catastrófica que el accidente de Chernóbil en 1986.
Japón se encuentra situado en una de las zonas sísmicas más activas del mundo, el Cinturón de Fuego del Pacífico, así como en una de las zonas de encuentro de las placas del Pacífico, Filipinas y América del Norte lo que, sumado a las fallas geográficas, provoca fuertes sismos y Tsunamis en la región.