África ha sido una región a la cual se le ha puesto poca atención en el escenario geopolítico mundial, desde los procesos de descolonización sucedidos en la segunda mitad del siglo XX. Los estados que habían nacido independientes estuvieron durante esos primeros años con una alta influencia de los estados europeos de los que se habían independizado, manteniendo una esfera de influencia importante en dichos países: Reino Unido a través la Commonwealth y Francia del Franc Afrique, manteniendo personal civil y militar en dichos países.
No obstante, ahora en el siglo XXI existe un nuevo reto de geopolítica para Europa y el mundo. En estos últimos años se ha deteriorado la relación de algunos países africanos de la región del sahel con Francia, como el caso de Mali, Burkina Faso, República Centroafricana, entre otros, en donde los gobiernos africanos han exigido la salida de las tropas francesas de su territorio.
La semana pasada ocurrió en otro país, se ha dado un golpe de Estado en Níger, en donde se ha depuesto un gobierno electo democráticamente por una junta militar, respaldados por mercenarios rusos del grupo Wagner.
Las implicaciones geopolíticas de estos cambios de gobierno van en tres sentidos, la seguridad, el prestigio político y el control de recursos.
Prestigio político pues tras años de mantenerse en la esfera de influencia de alguna potencia europea, dejan esa influencia, que implica que pasan a esferas de influencia rusa o china. Por ejemplo, estos estados han solicitado ayuda militar del grupo de mercenarios ruso Wagner, para ayudarles a proporcionarles armamento y seguridad y también han aceptado recursos e inversión china en la región.
Y sobre seguridad, para Europa, esa zona del Sahel es fundamental, ya que después de la primavera árabe en la década pasada, cuando fueron derrocados los dictadores del norte de África. La migración subsahariana se convirtió en una moneda de cambio para los endebles gobiernos de la región, que podían abrir y cerrar la llave a la migración. Al mismo tiempo colaboraban con estos países para frenar el fundamentalismo islámico, apoyados económica y militarmente.
En una entrevista con el ex jefe del Estado mayor del ejército español el General Fernando Alejandre, describe la importancia de esta región con estas palabras. “Creo que España tiene un patio trasero, que está en África, que no es solo Marruecos... están en ese patio trasero Argelia, Mauritania, Senegal y Mali, cualquier cosa que ocurra en esos cinco países, inclusive que no ocurra nada, tiene repercusión sobre la política de defensa española”.
Y como último punto, el control de recursos, del cual toda África es rica en recursos minerales, pues contiene un tercio de todas las reservas minerales del mundo. El perderlo significa un descalabro para la economía europea.
Por lo cual, el escenario de África vuelve a tomar importancia en el siglo XXI, no hay que perderlo de vista.