El pasado cinco de noviembre en las elecciones de Estados Unidos las ganó la coalición de Donald Trump y JD Vance, por parte del partido Republicano frente a la coalición de Kamala Harris- Tim Walz. Ante esto queda la duda sobre la lectura a la derrota dentro del partido demócrata.
Bernie Sanders, ex candidato del partido demócrata en varias ocasiones y senador por el estado de Vermont, salió a decir qué el Partido Demócrata había abandonado a los trabajadores norteamericanos y a su vez ellos habían abandonado al partido demócrata. Bernie Sanders provenía de esta izquierda norteamericana clásica, proveniente de la generación de oro de las universidades, de la lucha estudiantil, de la oposición a la guerra de Vietnam y una izquierda pro trabajadores y enfocada en los sindicatos o uniones y en las cuestiones económicas como los servicios de salud o un salario digno.
Esta fue durante el siglo XX la base del partido demócrata. No obstante los cambios tecnológicos del siglo XXI, así como la globalización y la pandemia han trastocado esa base trabajadora clásica, sindicalizada, por una masa de trabajadores de distinta índole en estas distintas áreas que ya no obedecen a las antiguas formas de trabajo. De ahí que esa base trabajadora del partido se ha reducido considerablemente.
Sin embargo, durante los años del presidente Obama, surgió otro tema que llenaría las urnas a favor del proyecto demócrata, el movimiento de la justicia social, combinado con un hartazgo de la sociedad americana en la guerra de Iraq. La justicia social era una nueva forma en donde las minorías serían visibilizadas y participarían activamente en las distintas partes del gobierno norteamericano, reivindicando los ideales de los sesenta y las enseñanzas de Martin Luther King.
No obstante, este movimiento de justicia social fue duramente criticado por el partido republicano desde el primer día, inclusive el comentarista conservador Bill O'Reilly de Fox News, el mismo día de la toma de posesión de Obama criticó esta postura, que para la Norteamérica conservadora era novedosa.
Después de eso ya llegamos a la era en donde Trump se hizo del control del partido republicano ganando las elecciones de 2016. Desde ahí el partido demócrata ha tenido problemas para encontrar cuál es su dirección. Hoy en día como lo dice Sanders, hay una crisis y parece que el partido demócrata necesitara un cambio de rumbo o volviendo a los orígenes, es decir al lado económico, a apoyar los sindicatos y una base trabajadora que aunque ha cambiado en su forma, no lo ha hecho en sus necesidades.
En el discurso de Kamala Harris donde acepta que los resultados no le favorecen comenta que “es momento de mantenerse enfocados por la libertad”. Ya veremos si el partido demócrata logra recuperarse o reinventarse en sus orígenes trabajadores y pro derechos. O si algunos de sus integrantes podrían revivir un partido similar al Partido del Pueblo, de finales de siglo XIX, junto con algunos republicanos disidentes en la era post Trump. Pero eso será motivo de la siguiente entrega.