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  • 07 Jul 2025
  • 18:07
  • SPR Informa 6 min

La violencia LGBTTTI en México: resistencia, organización y acciones

La violencia LGBTTTI en México: resistencia, organización y acciones

Por Charlie Dos Veces López

En los últimos días, como ha venido ocurriendo desde hace meses, México ha sido escenario de una ola de violencia particularmente brutal contra personas LGBTTTI, que se suma a la escalada de estos crímenes, en los últimos 3 años. Entre el 28 de junio y el día que se publica esta columna, al menos seis personas fueron asesinadas en circunstancias que revelan un patrón preocupante. La concentración temporal de estos crímenes, su extrema violencia y el perfil de las víctimas, muchas de ellas figuras visibles y comprometidas con la defensa de los derechos humanos de este grupo prioritario, no pueden ser entendidos como hechos aislados, sino como expresión de un fenómeno más amplio y preocupante: el ascenso de los discursos de odio y su materialización en crímenes que cobran la vida de personas comprometidas con la igualdad.

Este contexto no es exclusivo de México. En años recientes hemos visto cómo se han multiplicado las iniciativas legislativas y de otras figuras de la política internacional, contra los derechos de las personas LGBTTTI, como en Estados Unidos, Argentina o Hungría; también hemos sido testigos de cómo figuras políticas han instrumentalizado el odio como herramienta electoral, y cómo en nuestro propio país voces como las de Lili Téllez, América Rangel o Teresa Castell, entre otros personajes, han normalizado un discurso que deshumaniza a las poblaciones de la diversidad sexual y de género. Lo que estos actores presentan como "opiniones" o "posiciones ideológicas", y que han buscado fallidamente ampararse bajo el argumento de la libertad de expresión, tiene consecuencias concretas, pues crean un clima social donde la violencia busca una justificación y los agresores se sienten impunes. Los partidos políticos que históricamente se han opuesto al avance de los derechos de la diversidad sexual, particularmente el PAN y el PRI, no pueden hoy lavarse las manos ante los frutos amargos de su retórica, más aún, cuando el propio Presidente del PAN, Jorge Romero, ha llamado a “recuperar los valores” con los que se fundó su partido; es decir, anti derechos.

La experiencia internacional demuestra que los avances más significativos en la protección de los derechos humanos surgen de la colaboración entre distintos niveles de gobierno y la sociedad civil organizada. En este sentido, México podría convertirse en un referente regional si logra articular una estrategia integral que combine la investigación eficaz de los crímenes cometidos, la protección a personas en situación de riesgo y campañas que contrarresten los discursos de odio, en colaboración con el pulso territorial de las organizaciones de base comunitaria, de la diversidad sexual y de género. La memoria de las víctimas y la seguridad de millones de personas LGBTTTI, nos exigen solidaridad. Hoy es fundamental que liderazgos LGBTTTI en espacios políticos y sociales se unan para alzar la voz con mayor fuerza, tejer redes de protección comunitarias y documentar cada agresión. La resistencia, convertida en propuesta, es el antídoto contra el odio. Sin duda, es indispensable dejar claro que el silencio es cómplice de las injusticias, siempre. Basta de normalizar "chistes" lgbtfóbicos, de compartir prejuicios disfrazados de opinión, de memes que ridiculizan a las poblaciones LGBTTTI, y de permitir que se cuestione la humanidad de las personas que conformamos la diversidad sexual y de género. 

Los discursos de odio no son debate ideológico: son violencia que mata. Frente a la desinformación de grupos fundamentalistas, sumemos voces y esfuerzos. Hoy más que nunca, defender los derechos LGBTTTI es defender la democracia. Que estos crímenes no se conviertan en estadísticas frías, sino en el parteaguas que nos una como país contra las lgbtfobias. La consigna es clara: ni un paso atrás en la conquista de derechos, ni una víctima más en el silencio.