Podemos definir la política como la actividad que hace la ciudadanía cuando interviene en asuntos públicos, con su voto, opinión o cualquier otro medio, eso suena bien, ¿no? El origen de esta palabra viene del latón politicus y del griego politikós, que sirve para referirnos a la convivencia en comunidad para trabajar en estrategias de desarrollo del Estado.
A lo largo de la historia, hemos sido testigos de grandes movimientos sociales, los cuales siempre tienen algo en común: un liderazgo político. El liderazgo es la capacidad para desarrollar y potenciar la voluntad colectiva. Los líderes son personas que van más allá de un puesto o posición en la esfera pública, son personas que tienen un carisma especial, lo cual inspira a seguirles.
Si bien el liderazgo termina por implicar poder, no todas las personas que tienen poder poseen un buen liderazgo. En medio de momentos de crisis/cambio social, volteamos a buscar un liderazgo político que nos guíe por el camino correcto, que nos dote con propuestas y decisiones coherentes.
En fechas recientes, ha llamado mi atención cómo estos liderazgos políticos vienen ahora a ser encontrados en quienes antes no formábamos parte de la arena pública: las mujeres.
Como ejemplo de esto tenemos a María Corina Machado quien, si bien no pudo ser candidata a la presidencia de Venezuela en 2024 debido a una inhabilitación política, sigue siendo la figura central de la oposición venezolana dando su respaldo al candidato Edmundo Gonzalez Urrutia.
Aunque ella no apareció en la boleta electoral, se dedicó a recorrer el país para dar a conocer el proyecto de la oposición, inclusive mucha gente llegó a creer que ella era la Candidata a la Presidencia, toda vez que su cara era la que más veíamos en los medios.
Además, hoy por hoy, continúa liderando los reclamos hacia el proceso electoral del pasado mes de julio en Venezuela, convocando a los venezolanos a manifestarse pacíficamente el próximo 28 de agosto.
Por otro lado, en el país vecino del norte (Estados Unidos), se encuentran próximas a celebrarse las elecciones presidenciales. Después de que Joe Biden renunciara a la candidatura, los demócratas han elegido como su nueva representante para la boleta electoral, a la ex-vicepresidenta Kamala Harris.
En un lapso de cinco semanas, la candidata demócrata ha cambiado los números y las estadísticas de las preferencias electorales en Estados Unidos, de una elección que se veía perdida con la candidatura de Joe Biden, Kamala Harris ha traído una nueva opción para los americanos. Uno de los números que más ha sonado es el hecho de que, en un mes, recaudó 540 millones de dólares para su campaña presidencial.
Estados Unidos está a punto de elegir a la persona número 47º como titular del Poder Ejecutivo, y nunca ha habido una mujer en dicho puesto.
En el mundo existen actualmente 26 mujeres que están al mando del poder ejecutivo de un país y este número va en ascenso, ya que hay que considerar que Claudia Sheinbaum es la Presidenta Electa de México, que al menos 11 países más tendrán elecciones antes de que termine el año y que algunos de ellos tienen también candidatas al puesto.
Involucrarnos en la política es inmiscuirnos en los asuntos públicos para cambiar la realidad de nuestras sociedades. La presencia de las mujeres en la política ayuda impregnar la toma de decisiones con una perspectiva de género, visibilizando las preocupaciones/necesidades de las mujeres y provocando un cambio en las relaciones de poder.
Si bien el hecho de que haya unas cuantas mujeres llegando a puestos de poder público no hará que las cosas cambien de la noche al a mañana, nos encontramos con un cambio de paradigma en la esfera política, situación que a la larga permitirá seguir cerrando la brecha de desigualdad ¡qué sigan surgiendo las mujeres líderes en la política!