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  • 08 Jul 2025
  • 18:07
  • SPR Informa 6 min

Netanyahu en Washington: impunidad nacional-internacional, corrupción y radicalización de la extrema derecha

Netanyahu en Washington: impunidad nacional-internacional, corrupción y radicalización de la extrema derecha

Por Carlos Alberto Sánchez Ricardo

El 07 de julio de 2025, Benjamín Netanyahu, primer ministro del Estado de Israel, arribó a Washington D.C. con el objetivo de mantener una serie de conversaciones con Donald Trump. Desde el 20 de enero de 2025, fecha en la que Trump asumió la presidencia de Estados Unidos, Netanyahu ha realizado tres visitas a Estados Unidos. Estas reuniones representan un encuentro entre dos jefes de gobierno adscritos a la extrema derecha mundial y que comparten objetivos geoestratégicos en Medio Oriente. Es claro que, aún cuando Netanyahu mantiene una orden de arresto emitida por la Corte Penal Internacional, Estados Unidos no realizará ninguna labor para colaborar con la captura. Tanto Estados Unidos como Israel son Estados que han desestimado a la Corte respecto a las acusaciones en contra de Netanyahu y el exministro de defensa Yoav Gallant. Es importante señalar que la visita de Netanyahu se realiza en un contexto marcado por la crisis política de larga data en Israel, caracterizada por la creación de un bloque de ultraderecha, la denuncia internacional de acusación contra Netanyahu y las acusaciones internas definidas por los altos niveles de participación en esquemas de corrupción por parte del político israelí.

A grandes rasgos, el sistema político israelí presenta dos características en la actualidad. En primer lugar, es posible notar una derechización del sistema completo a lo largo de los últimos treinta años, e inclusive podríamos apuntar a una ultra-derechización precoz ligada a las victorias electorales de Benjamín Netanyahu en 1996 y de Ariel Sharon en 2001, ambos miembros del Likud. Estas victorias han sido acompañadas de una mayor presencia de partidos de derecha y ultraderecha al interior del Knesset (órgano parlamentario unicameral israelí), así como de la derechización de aquellos partidos políticos orientados a la centro-derecha. Aunque en la actualidad estamos presenciando un proceso de derechización generalizado de la sociedad, es posible señalar que Israel sufrió una derechización de la sociedad y radicalización de la derecha tradicional de forma prematura.

En segundo lugar, es posible señalar que el sistema político de Israel se encuentra en crisis desde marzo de 2019. Esta crisis política derivó en la realización de cinco jornadas electorales en un período comprendido entre 2019 y 2022, teniendo lugar elecciones en abril de 2019, septiembre de 2019, marzo de 2020, marzo de 2021 y noviembre de 2022. Estos procesos electorales resultaron en la rotación de tres primeros ministros en un período de cuatro años: Benjamin Netanyahu, quien ocupó el cargo en cuatro ocasiones, Naftali Bennett y Yair Lapid. Los comicios de 2019 y 2020 estuvieron caracterizados por la imposibilidad de formar gobierno y por un escenario definido por el empate político entre las organizaciones lideradas por Netanyahu (Likud) y Lapid (Yesh Atid). En la elección de 2021, Naftali Bennett, miembro de la coalición de extrema derecha Yamina (que incluía a Tkuma, HaYamin HaHadash y a HaBait HaYehudí, tres partidos representantes del sionismo religioso y el nacionalismo étnico), logró formar gobierno a través de una coalición que se generó mediante una alianza entre Yamina y partidos políticos pertenecientes a todo el espectro político israelí: incluidos miembros de Ra’am (la Lista Árabe Unida), el Meretz (sionismo socialista), Tikva Hadasha (liberalismo), Israel Beitenu (nacionalismo laico), HaAvoda (socialdemocracia), Kahol Lavan (liberalismo) y Yesh Atid (sionismo liberal y anticlericalismo). Esta victoria era frágil, ya que incluía a movimientos de extrema derecha con miembros del arco de izquierda israelí aglutinados para evitar la victoria de Benjamin Netanyahu. Además, esta alianza se logró con el acuerdo de rotación del cargo de Primer Ministro con Lapid, que otorgó 17 votos por parte de Yesh Atid (poco menos de un tercio de los necesarios). El gobierno que tuvo lugar entre 2021 y noviembre de 2022 estuvo caracterizado por una asincronía de las fuerzas en gobierno, múltiples deserciones y la rápida necesidad de convocar a un nuevo proceso electoral.

El 01 de noviembre de 2022, Israel celebró elecciones para la conformación de la vigésima quinta Knesset, misma que se encuentra vigente y que tendrá un período contemplado hasta 2026, cuando se tendrá que llamar a elecciones de nueva cuenta antes de octubre. En las elecciones de 2022, Likud logró la victoria a través de la conformación de una alianza con partidos políticos de extrema derecha. A diferencia de la alianza de gobierno de 2021, Likud goza de cercanía con las fuerzas políticas del arco de extrema derecha, y la alianza no presenta contradicciones irresolubles. La alianza que actualmente gobierna Israel está conformada por Likud (32 escaños), la Asociación Internacional de los Sefardíes Observantes de la Torá o Shas (11 escaños), Otzma Yehudit (18) (7 escaños), Yahadut HaTorah (19) (7 escaños), Tkuma (6 escaños) y Tikva Hadasha (4 escaños). Esta alianza logra concentrar 67 de los 120 escaños de la Knesset, formando un gobierno dirigido por Benjamin Netanyahu.

Alain Dieckhoff (2023) ha señalado que, aunque este último proceso electoral confirma el avance del sector ultraortodoxo en la política israelí de la mano de partidos como Shas y Yahadut HaTorah, la verdadera novedad en el espectro político es el avance del sionismo religioso representado por Tkuma y Otzma Yehudit. Estos últimos dos partidos lograron sus máximos históricos de representación parlamentaria en la elección de 2022. La conformación de un gobierno de extrema derecha en Israel ha propiciado la entrega de carteras fundamentales a miembros del sionismo religioso, como Itamar Ben Gvir, miembro de Otzma Yehudit y ministro de Seguridad Nacional, quien está adscrito al kahanismo y ha incitado la militarización de los colonos de Cisjordania; así como de Bezalel Smotrich, miembro de Tkuma, quien fue ministro de Transporte entre 2019 y 2020 y es ministro de Finanzas desde 2022. Smotrich ha colaborado con la política de expansión de asentamientos en Cisjordania. Algunos otros miembros de la extrema derecha en el gobierno actual de Israel son Yitzhak Wasserlauf (miembro de Otzma Yehudit y Ministro de Resiliencia Nacional), Avi Dichter (miembro de Likud y Ministro de Agricultura y Desarrollo Rural), Orit Malka Strook (miembro del partido de extrema derecha HaBait HaYehudí y Ministra de Asentamientos y Misiones Nacionales), Amihai Ben-Eliyahu (miembro del partido de extrema derecha Otzma Yehudit y Ministro de Patrimonio, famoso por sugerir el uso de armas nucleares sobre la Franja de Gaza), entre otros.

La séptima administración de Benjamín Netanyahu (Netanyahu ha sido Primer Ministro de Israel en siete ocasiones, organizadas en tres ciclos: a) Primer Ciclo: 1) 1996-1999; b) Segundo Ciclo: 2) 2009-2013, 3) 2013-2015, 4) 2015-2019, 5) 2019-2020, 6) 2020-2021; y c) Tercer Ciclo: 7) 2022-actualidad) ha estado definida por la campaña genocida de Israel en contra del territorio y la población palestina, pero también por numerosos escándalos de corrupción y por la violación de leyes a nivel nacional e internacional por parte del Primer Ministro. A nivel internacional, Netanyahu presenta una orden de arresto emitida el 21 de noviembre de 2024 por la Sala de Cuestiones Preliminares de la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra (específicamente uso de la inanición como método de guerra y ataques intencionales contra población civil) y crímenes contra la humanidad (específicamente asesinato, persecución y otros actos inhumanos). Junto a Netanyahu, Yoav Gallant, Ministro de Defensa de Israel entre diciembre de 2022 y noviembre de 2024, también fue acreedor de una orden de arresto internacional por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. El comandante de Hamas, Mohammed Diab Ibrahim al-Masri (presuntamente asesinado el 13 de julio de 2024 en el campamento de refugiados Al-Mawasi), también fue acreedor a una orden de arresto en esta misma fecha (orden emitida debido a la nula confirmación de su muerte). El gobierno de Israel ha presentado impugnaciones desconociendo el Estatuto de Roma y ha desestimado la competencia de la Corte sobre los nacionales israelíes, mismas que han sido rechazadas por unanimidad por los magistrados de la Corte Penal Internacional.

A nivel nacional, el gobierno de Benjamin Netanyahu ha estado marcado por tres procesos judiciales que el Primer Ministro arrastra desde la década pasada.

  • Caso 1,000 por fraude y abuso de confianza. El caso 1,000 es un proceso en contra de Benjamin Netanyahu abierto en 2016 que involucra también a Sara Ben-Artzi (Sara Netanyahu). El Primer Ministro y su esposa fueron acusados de fraude y abuso de confianza debido a que, durante el período en el que Netanyahu ejerció como Ministro de Comunicaciones de Israel (al mismo tiempo que fue Primer Ministro) entre 2014 y 2017, la pareja recibió sobornos por parte de Arnon Milchan, productor israelí, y James Packer, multimillonario australiano, con el objetivo de favorecer los negocios del empresario y productor de cine israelí con exenciones fiscales y tráfico de influencias (que involucran al antiguo secretario de Estado, senador y candidato presidencial demócrata John Kerry). Netanyahu y sus abogados han alegado que el caso 1,000 es infundado, que los regalos o sobornos eran presentes de amistad y que se trata de una persecución política por parte de sus opositores.
  • Caso 2,000 por fraude y abuso de confianza. En enero de 2017, la Unidad Nacional de Fraudes inició las labores de investigación del caso 2,000 tras la publicación de una serie de grabaciones. Este segundo caso indica que Netanyahu habría negociado con Arnon Mozes, editor jefe y propietario del periódico privado con mayor circulación de Israel: Yedioth Ahronoth, en la búsqueda de beneficios mutuos. La negociación entre Mozes y Netanyahu incluía una “limpieza” de la imagen y cobertura de Netanyahu y de su familia en el medio, a cambio de limitar el medio rival, Israel Hayom, mayor medio de circulación gratuita en Israel, propiedad de la familia Adelson. Entre los mecanismos que se incluían para limitar la circulación de Israel Hayom se encuentra el tráfico de influencias de Netanyahu en la Knesset para restringir los volúmenes de circulación gratuita. El caso fue presentado en noviembre de 2019, y los juicios ante la Corte de Distrito de Jerusalén iniciaron en mayo de 2020.
  • Caso 4,000 por soborno, fraude y abuso de confianza. El tercer caso abierto de Netanyahu es el Caso 4,000 y presenta acusaciones por fraude, soborno y abuso de confianza cometidos por Netanyahu durante su gestión como Ministro de Comunicaciones. El caso señala que Netanyahu influyó sobre las regulaciones mediáticas con el fin de favorecer al Grupo Bezeq. El caso 4,000 señala que Saúl Elovitch, empresario israelí y principal propietario de Eurocom Group, recibió beneficios y favores que aseguraron una mejoría de Bezeq y de su portal Wallas frente a las regulaciones legales; a cambio de estos favores, Netanyahu recibiría una cobertura mediática favorable. Este caso es especialmente grave, ya que el delito de soborno se encuentra entre los cargos legales. Entre los testimonios fundamentales para continuar con la acusación de Netanyahu se encuentra el de Nir Hefetz, exasesor de prensa de Netanyahu, y Shlomo Filber, exdirector del Ministerio de Comunicaciones.

 

Además de estos tres procesos judiciales en los que Netanyahu se encuentra ligado directamente, existen tres procesos mediáticos y legales más en los cuales se encuentra indirectamente vinculado:

  • Escándalo Qatargate. Este escándalo en materia de seguridad nacional inició en 2024 cuando el diario telaviví Haaretz destapó una serie de relaciones irregulares entre Eli Feldstein (quien fue miembro de las Fuerzas de Defensa de Israel, portavoz de la Dirección de Personal de Israel, portavoz de la División Israelí 877 de Judea y Samaria y portavoz del Ministro de Seguridad Nacional Itamar Ben Gvir), Yonatan Urich (miembro de la asociación sionista internacional Bnei Akiva, parte del movimiento Sionista Religioso Realista, portavoz de Likud, jefe de la división de nuevos medios y portavoz de Benjamin Netanyahu) con el gobierno de Qatar. El escándalo indica que hubo una serie de presuntos pagos secretos a miembros cercanos de Netanyahu para influir en decisiones políticas en materia de seguridad. Como parte de este caso, Netanyahu ha reconocido que permitió que Qatar financiara a Hamas como parte de una estrategia en contra de la Autoridad Nacional Palestina. Aunque existen dos figuras clave investigadas por el caso, es posible que otros empresarios, asesores políticos y operadores mediáticos estén involucrados también en el caso.
  • Escándalo de Fake News. Este segundo escándalo inició en septiembre de 2024 cuando The Jewish Chronicle y Bild publicaron una supuesta filtración de fuentes de inteligencia israelí que señalaban que Yahya Sinwar, miembro de Hamas, estaba planeando una huida de Gaza hacia Egipto y posteriormente hacia Irán. Al momento de las filtraciones, el gobierno de Israel se encontraba en negociaciones para motivar el intercambio de rehenes y un alto al fuego. La publicación de estas notas motivó la movilización de sectores de extrema derecha, la militarización del corredor Filadelfia por parte de Netanyahu y el bloqueo de los acuerdos. Posteriormente, se descubrió que los documentos filtrados habían sido manipulados y que las decisiones de Netanyahu habían puesto en peligro la seguridad estatal y la vida de los rehenes. Diversos colaboradores políticos de Netanyahu han sido investigados por este caso.
  • Caso Ronen Bar vs. Benjamin Netanyahu. El Shin Bet, o Servicio de Seguridad General de Israel, presentó un informe donde detalló las responsabilidades del gobierno de Israel en el ataque del 07 de octubre de 2023 y una investigación sobre el escándalo Qatargate. Al respecto, Netanyahu intentó llevar a cabo un despido en contra de Ronen Bar, Director de la Agencia de Seguridad General de Israel, alegando pérdida de confianza. Sin embargo, el Tribunal Supremo de Israel emitió una suspensión de la suspensión, señalando que existía conflicto de intereses, para posteriormente señalar que este intento de destitución era ilegal. Los actos de Netanyahu han generado impactos negativos al interior de Israel, ya que la sociedad civil ha denunciado la profundización en la deriva autoritaria y la cooptación de los servicios de inteligencia.

 

En conclusión, la visita de Benjamin Netanyahu a Washington D.C. para reunirse con Donald Trump representa mucho más que un encuentro diplomático: evidencia la consolidación de una alianza ideológica entre dos liderazgos de extrema derecha que comparten una agenda internacional común, marcada por el autoritarismo, el desdén hacia las instituciones multilaterales y la instrumentalización de la política de seguridad. Esta reunión se da en un contexto en el que Netanyahu enfrenta no solo una orden de arresto internacional por crímenes de guerra y de lesa humanidad, sino también una profunda crisis política interna, múltiples procesos judiciales por corrupción y una creciente concentración de poder mediante alianzas con partidos de extrema derecha religiosa y nacionalista. Su relación con Trump subraya el aislamiento selectivo de ciertos líderes frente al derecho internacional, así como la normalización de su figura en el escenario global a pesar de las múltiples denuncias que lo rodean.