El expresidente brasileño Jair Bolsonaro, condenado a 27 años de prisión por liderar un intento de golpe de Estado en 2022, fue detenido preventivamente este 22 de noviembre por la Policía Federal de Brasil. La Corte Suprema Federal (STF) ordenó su traslado inmediato a una dependencia policial, tras detectar una manipulación en la tobillera electrónica que monitoreaba su prisión domiciliaria. En un video difundido por el tribunal, Bolsonaro admite haber usado un soldador para intentar abrir el dispositivo, alegando que fue "por curiosidad", aunque las autoridades lo interpretan como un claro intento de fuga facilitado por una manifestación de sus seguidores.
Bolsonaro, de 70 años, cumplía arresto domiciliario desde agosto en su residencia en Brasilia, bajo vigilancia estricta debido a su historial de incumplimientos y el riesgo de evasión. La alarma se activó a las 00:08 horas del sábado, cuando el sistema de monitoreo reportó una violación en la tobillera. Agentes de custodia acudieron de inmediato y registraron el dispositivo dañado, con quemaduras evidentes en ambos lados, aunque la correa no presentó daños estructurales y fue reemplazada in situ.
En el video oficial, grabado durante el procedimiento, una oficial de custodia pregunta a Bolsonaro sobre el estado del equipo. El exmandatario responde con calma: "Empecé a manipularla hacia el final de la tarde del viernes con un soldador". Cuando se le indaga sobre el motivo, replica: "Por curiosidad, solo por curiosidad".
La detención se ejecutó alrededor de las 06:00 horas, con un convoy de la Policía Federal irrumpiendo en la vivienda. Bolsonaro fue trasladado sin esposas ni exposición mediática, como ordenó el STF, y ahora enfrenta una audiencia de custodia este domingo. Su defensa tiene 24 horas para justificar la manipulación ante el tribunal.
El juez De Moraes fundamentó la prisión preventiva en un "riesgo concreto de fuga" y "amenaza al orden público". Según el auto judicial, la acción de Bolsonaro coincidió con una "vigilia" convocada por su hijo, el senador Flávio Bolsonaro, frente a la residencia paterna para este sábado a las 19:00 horas. En un video en redes, Flávio instó a sus seguidores: "¿Van a pelear por su país o solo mirarlo desde el sofá? Los invito a luchar con nosotros".
De Moraes argumentó que el tumulto generado por la protesta –calificada de "ilícita"– facilitaría la evasión, repitiendo un "modus operandi" de Bolsonaro para crear confusión. Además, citó antecedentes: aliados cercanos como su hijo Eduardo Bolsonaro y el exjefe de inteligencia Alexandre Ramagem han huido recientemente a Estados Unidos para evadir la justicia. La residencia de Bolsonaro está a solo 15 minutos de la embajada estadounidense, lo que avivó sospechas de un posible asilo político.
"La información confirma la intención del condenado de romper la tobillera electrónica para asegurar el éxito de su fuga, facilitada por la confusión causada por la manifestación convocada por su hijo", escribió De Moraes. El magistrado también rechazó un pedido de la defensa para que Bolsonaro cumpliera su pena en régimen domiciliario por problemas de salud –incluyendo crisis de ansiedad, hipo y vómitos–, argumentando que no justifica el riesgo.
La familia Bolsonaro ha calificado el arresto como una "persecución política". Eduardo Bolsonaro, desde el exilio, tuiteó: "Cualquier régimen de excepción busca eliminar físicamente a sus disidentes; Alexandre de Moraes sigue el ejemplo de todos los tiranos psicópatas". Su abogado, Fabio Wajngarten, lo describió como "una vergüenza" y "mancha en las instituciones", insistiendo en que la tobillera funcionaba perfectamente esa mañana y que el exmandatario estaba bajo guardia armada.