Por Rodrigo Galindo .
https://www.sprinforma.mx/noticia/justicia-popular-de-la-horca-medieval-a-los-comentarios-en-facebook
6 min "¡Mátenlo!", “Ojalá se pudra en la cárcel”, “una rata menos”, “a la horca”, “Y todavía le ponen presunto” ,“k lo linchen” [sic], “Deberíamos matarlos a todos esos p*** malditos”.
Algunas de estas expresiones están sacadas de la ejecución de Guilles de Rais, lugarteniente de Juana de Arco en la Francia medieval (1) en 1440, otros son comentarios de una publicación en Facebook sobre un presunto delincuente detenido. Ambos comentarios son prácticamente iguales aunque difieren por casi 600 años.
Lo que representan estos comentarios es la justicia popular, los espectadores de la violencia que logran trascender su propio miedo a la muerte a través del sufrimiento de otros y del alivio de que se ha detenido un presunto delincuente.
Wolgang Sofsky, filósofo alemán, afirma que los espectadores de la violencia influyen en el desarrollo de la misma, del mismo modo que en el circo romano la multitud influía la decisión del emperador sobre otorgar misio (piedad) al gladiador vencido. Presionan a la autoridad a endurecer las penas, encontrar culpables y unirse al espectáculo.
Lo que frena este tipo de actos y a este tipo de personas es el Estado moderno, que a través de sus constituciones, del poder judicial y de los derechos fundamentales buscaron desde su inicio garantizar el debido proceso, los derechos del imputado, un resguardo digno, un proceso justo y en caso de ser hallado culpable una condena impuesta conforme a derecho.
El artículo 22 de la Constitución mexicana lo determina “ Quedan prohibidas las penas de muerte, de mutilación, de infamia, la marca, los azotes, los palos, el tormento de cualquier especie, la multa excesiva, la confiscación de bienes y cualesquiera otras penas inusitadas y trascendentales. Toda pena deberá ser proporcional al delito que sancione y al bien jurídico afectado”.
Este nuestro artículo 22 está citado en el mismo numeral del a Constitución de 1857, no se discutió y se ve cómo desde el siglo XIX México intenta alejarse de tan retrogradas prácticas como todas las que menciona el artículo.
El encargado de garantizar esto es el Poder Judicial y llama la atención que donde se realizaban estos actos de violencia publica, o sea, la horca y la picota es frente a la sede de la suprema corte de justicia de la nación en Pino Suarez.
La barbarie aún existe, y se manifiesta a través del populismo punitivo, aumentar penas, aumentar prisión preventiva, crear calabozos, sobre poblar las cárceles. No obstante el Estado moderno tiene como objetivo el garantizar los derechos fundamentales. Confiamos en las instituciones
(1) El Juicio de Guilles de Rais, lugarteniente de Juana de Arco, fragmentos extraídos por Wolgang Sofsky en su tratado sobre la violencia, Barcelona, 1996.
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