Cerca de 50 millones de personas alrededor de mundo viven en situación de esclavitud moderna, de acuerdo con un estudio realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el matrimonio y trabajo forzoso aumentaron en los últimos cinco años, siendo las mujeres y los menores de edad los más vulnerables.
Aunque el concepto de esclavitud moderna no está definido legalmente, la OIT menciona que se utiliza para calificar a todas aquellas prácticas que implican situaciones de explotación y en las que una persona no pueda rechazar o abandonar por coerción, amenazas, violencia, engaño y abuso de poder.
De acuerdo con la Organización de Naciones Unidas (ONU), la esclavitud moderna sucede en casi todos los países del mundo, ya que el 52% de los trabajos forzados y una cuarta parte de los matrimonios forzados suceden en zonas con niveles económicos medios-altos, o altos.
Ante esta situación, la OIT adoptó el “Protocolo de 2014 relativo al Convenio sobre el trabajo forzoso”, mismo que entró en vigor en noviembre de 2016 y reconoce que la prohibición de la utilización del trabajo forzoso u obligatorio forma parte de los derechos fundamentales, además de que atenta contra la dignidad de millones de mujeres, hombres, niñas y niños y contribuye a perpetuar la pobreza.
Con motivo del Día Internacional para la Abolición de la Esclavitud, establecida con la finalidad de concientizar a la población y conmemorar el aniversario del la Convenio para la Represión de la Trata de Personas y de la Explotación de la Prostitución Ajena, aprobada el 2 de diciembre de 1949, la OMS busca erradicación de las formas contemporáneas de esclavitud, como la trata de personas, la explotación sexual, el trabajo infantil, el matrimonio forzado y el reclutamiento forzoso de menores para su uso en conflictos armados.
La OIT asegura que la esclavitud moderna está evolucionando, además de que se ha manifestado de diferentes maneras a lo largo de la historia, incluso, aseveró que en algunos lugares aún persisten “viejas formas de esclavitud por el amparo de creencias y costumbres tradicionales”.
De acuerdo con su informe, dichas prácticas son el resultado de discriminación arraigada contra grupos vulnerables como minorías tribales y pueblos indígenas.
Ante ello, la Organización asegura que los trabajos domésticos, desarrollado en condiciones de servidumbre; el trabajo en la industria de la construcción; en la industria alimentaria; del vestido, en el sector agrícola; y en la prostitución forzosa; sucede en mayor proporción en personas migrantes.
Asimismo, especificó que, a pesar de que no todo el trabajo infantil se considera una forma de esclavitud moderna, en la mayoría de las ocasiones se está relacionado con ella.