Congruente con su indefinición ideológica, Movimiento Ciudadano ha quedado a la deriva y sin candidato de cara al proceso de sucesión presidencial del próximo año. Y es que acusando de una total falta de oficio político, el gobernador neolones, Samuel García, se ausentó de su cargo para lanzarse a la carrera presidencial, sin haber tendido una red de acuerdos mínimos que le permitieran trazar una terza transición hacia el interinato.
Pero en política no hay sorpresas, sólo sorprendidos. El gobernador norteño no tiene los números en el congreso local, sino que había decidido construir una relación tensa con el PRI y con el PAN a nivel estatal, partidos que además veían en su candidatura presidencial a un foco de atracción de votantes que bien pudieran ser considerados como cautivos de la oferta de la derecha.
Movimiento Ciudadano vuelve a aparecer demorado y ensimismado en las definiciones políticas de cara al 2024. Las disputas del grupo Jalisco con la dirigencia nacional, encabezada por Dante Delgado, en torno a la posibilidad de un acuerdo con el bloque opositor, le llevaron a colocarse tarde en la ruta electoral. El retraso se acrecentó cuando los naranjas decidieron encender veladoras al fantasma de Marcelo Ebrard, ello ante un posible rompimiento del excanciller con la 4T.
Encarcelado en su laberinto de oportunismos, los naranjas quedaron a expensas de definir a su abanderado entre una baraja de opciones en la que todo apuntará a la menos mala. El diputado Jorge Álvarez Maynez y la senadora Indira Kempis, así como el mismo Dante Delgado; son alternativas puramente orgánicas, que no aportarán la visibilidad mediática de un Samuel García, ni el oficio político de un Marcelo Ebrard... Pero de lo que hay se gasta.
La narrativa que presentará MC seguramente será la de la víctima y el victimario se ubicará del lado del PRIAN, quienes torpemente calcularon recibir en sus brazos al ahora partido huérfano de candidato. Esa narrativa podría llevar a los naranjas a sostener con diques, una intención de voto que no llegará a los dos dígitos y a mantener sus bastiones; pero no a ser una fuerza con oportunidades reales de disputar el segundo lugar de la intención de voto.
Movimiento Ciudadano aspiró, según el decir de sus propagandistas, a jubilar a la vieja política. En su vileza calculadora, el efecto bumerang le ha cortado la cabeza a uno de sus cuadros más aventajados: Samuel García, y amenaza con dejar como esperpento y en la inanición al partido en su conjunto.