El programa Senderos Seguros: Camina Libre, Camina Segura ha permitido que muchas mujeres y niñas volvamos a sentir que las calles son nuestras: según los datos de la ENVIPE, la percepción de seguridad que experimentan las mujeres en las calles ha aumentado del 15.4% en 2017 al 35.9% en 2022, lo que significa un incremento del 54.55%. Asimismo, y de acuerdo con un análisis realizado por la Secretaría de las Mujeres para el Tercer Informe Anual de la Alerta por Violencia de Género, en los Senderos Seguros que llevan funcionando desde el 2019 al 2021, se ha identificado una disminución de 21.68% en los delitos contra las mujeres ocurridos en el espacio público.
Sin embargo, recientemente EMEEQUIS publicó una nota en la que afirman que existe un incremento de delitos en un 6% en los 195 Senderos Seguros; por lo que concluyen que el programa no ha cumplido con su cometido. Ante esto, me gustaría compartir tres contraargumentos sobre las aseveraciones que la nota plantea.
Lo primero que debemos mencionar es que, al igual que en el análisis realizado por SEMUJERES, EMEEQUIS también utiliza las carpetas de investigación iniciadas por la Fiscalía de la CDMX, pero incluyendo el 2022. Para evaluar el impacto de este programa es necesario tomar en cuenta el tiempo desde su implementación, que debe ser suficiente para observar un cambio significativo, así como la finalización del mismo pues debe de estar completamente terminado para incluirlo en un análisis de impacto. Es por ello que SEMUJERES evalúa los senderos intervenidos desde el 2019 al 2021.
En segundo lugar, debemos abordar que la nota tiene un error en su metodología. Al ser un programa implementado en los espacios públicos, es necesario desagregar los delitos por lugar de ocurrencia. La nota analiza las denuncias por delitos relacionados a violencia de género como abuso sexual, acoso sexual y violación, pero debemos tomar en cuenta que la mayoría de ellos ocurren en espacios cerrados o domésticos como los hogares. En cuanto a las violaciones denunciadas, solo el 15% ocurren en lugares públicos.
En este sentido, es importante considerar en análisis de este tipo delitos como el robo a transeúnte que ocurren en el espacio que estamos evaluando, en este caso las calles.
Relacionado al punto anterior, la nota de EMEEQUIS concluye que el programa no ha cumplido por la suma de denuncias realizadas. Sin embargo, lo relevante para evaluar el efecto del mismo es saber el total y promedio de mujeres víctimas de delitos en el espacio público: en los tramos con Senderos Seguros hemos pasado de tener un promedio de 5.36 víctimas a 4.20.
Ahora bien, no es mi intención decir que no debemos observar el número de denuncias realizadas por delitos relacionados a la violencia de género, al contrario, pero debemos analizar también de dónde vienen. A partir de 2018 encontramos un incremento en el número de denuncias por el delito de violación, pasando de 303 en 2017 a 1300. En 2021, cerramos con 1762, pero si revisamos el año de ocurrencia del delito, vemos que en los últimos 4 años se han presentado denuncias de delitos cometidos en años anteriores. Tan solo en 2021, de las 1762 denuncias realizadas 639 se cometieron en años previos; encontramos denuncias de delitos que ocurrieron incluso hace 60 años. Estos datos y la existencia de las LUNAS, las abogadas de las mujeres, entre otras acciones, no son casualidad.
El reportaje de EMEEQUIS dice que el programa de Senderos Seguros es insuficiente para disminuir la violencia contra las mujeres en las calles y en eso tienen razón, es por eso que el Gobierno de la Ciudad de México lo complementa con el fortalecimiento del programa Viajemos Seguras y Protegidas, en coordinación con la Secretaría de Seguridad Ciudadana a través de la app Mi policía, la Línea SOS Mujeres para atender emergencias, entre otros.
Este gobierno ha puesto en primer lugar el bienestar y la seguridad de las mujeres y tanto las acciones como sus resultados son prueba de ello.