Corría el siglo II. AC, la república romana estaba en su apogeo, en plena expansión y conquista de diferentes zonas en Europa. Su sistema político basado en una República conformada por un Senado fuerte, un poder ejecutivo dividido por dos Cónsules de renovación anual y un Tribuno del pueblo con capacidad de veto.
Era la época de esplendor del funcionamiento de la que sería la República más importante de la antigüedad. En el año 134 A.C un personaje Tiberio Graco ganó las elecciones de tribuno de la Plebe, con una agenda que buscaba solucionar la crisis agraria que afectaba a los campesinos- ciudadanos plebeyos. Que hoy en día podríamos decir con una agenda “populista”. Esta elección le permito poner en marcha una ley conocida como la Rogatio sempronia.
Este proyecto tuvo como punto fundamental la recuperación de la pequeña propiedad privada de los campesinos plebeyos que la habían perdido, consecuencia del aumento de la mano de obra esclava, los latifundios y los grandes propietarios de tierra patricios que se beneficiaron de la expansión militar romana. Esta propuesta intentó reajustar la economía de estos campesinos que empobrecidos huían a las ciudades, a emplearse. Pero que por el diseño institucional del ejército no podían pertenecer al mismo, pues su condición de pobreza (pauperii) les impedía costear el equipamiento y la campaña misma, que en ese momento era aún responsabilidad económica del ciudadano. Por lo que la reforma buscaba aumentar el número de efectivos militares para reclutarles.
Para Graco fue fundamental que el campesino ciudadano gozara de la propiedad privada porque en ella residía su ciudadanía como romano, por lo que contar con una pequeña parcela de tierra y trabajarla era esencial para ser un ciudadano apto para el servicio militar.
La ley Sempronia estableció que el Estado tenía la tarea de distribuir el ager publicus (Tierra pública, obtenida por medio de la conquista militar) en parcelas proporcionadas para los campesinos que no contaban con propiedad privada, así como también debía asegurar su protección a manos de los latifundistas nobles.
Esta ley afectó los intereses de los Patricios y los latifundistas y atentó contra la hegemonía que tenía el senado sobre el aeger públicus, por lo que este fue declarado enemigo público en el año 133. A. C. A través de una acción de Derecho del Senado conocida como el senatus consultum ultimum, que era una “resolución del Senado que daba a entender que el Estado (res publica) estaba en peligro y convocaba a los magistrados para que pusieran en práctica todas las acciones defensivas necesarias. Los elementos “subversivos” se tenían, pues, por enemigos del Estado, fuera de la ley sin más derechos a recibir la protección de la ley, especialmente en el derecho a un juicio.
Su heredero político fue su hermano Cayo Sempronio Graco, en las elecciones de ese mismo año obtuvo el cargo de tribuno de la plebe compartiendo el mismo interés que el de su hermano. Se propuso llevar a cabo reformas de carácter administrativo en el sector agrario parecidas a la lex Sempronia.
No obstante Cayo Sempronio Graco también fue nombrado enemigo público y asesinado, en medio de agitación y violencia política entre el pueblo y las elites romanas.
Esto paso hace más de dos mil años, y parecería que es un tema más la historia de Roma o en la historia del mundo. Sin embargo, fue el momento crucial en donde la República Romana comenzó el declive. Porque nunca antes se habían visto asesinatos políticos y disturbios en las elecciones de tribuno del pueblo, además estos eventos irían minando las bases de las elecciones republicanas, hasta su caída, unos 80 años más después de estos eventos.