A un año del caso Debanhi Escobar

El 23 de abril se cumplió un año de que, después de 12 días de haber sido denunciada su desaparición, se encontró el cuerpo sin vida de Debanhi Escobar. Su caso le dio la vuelta al mundo, vimos en todas partes aquella foto de una joven parada a la orilla de la carretera y nos encontramos las redes llenas con teorías sobre lo que le habría pasado.

A un año de estos lamentables hechos, Mario Escobar y Dolores Bazaldúa, padres de la joven, han denunciado falta de avance en las investigaciones y señalan que la corrupción dentro de la Fiscalía del Estado de Nuevo León ha impedido que la justicia llegue.

La realidad es que este no es el único caso que nos ha escandalizado por unos días para después pasar a uno nuevo, porque tristemente, historias como estás abundan en nuestro país, uno donde en promedio, cada día hay 10 mujeres víctimas de feminicidio, pero donde no se logra dar con los feminicidas. 

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de las Mujeres, desde el 2015, se ha declarado Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres[1] en 22 entidades del país, las cuales contemplan 643 municipios. Es decir, se considera que en todos estos lugares existe un contexto de violencia feminicida, siendo este tipo de violencia el nivel más extremo de violencia contra la mujer.

El feminicidio como delito se tipificó por primera vez en el 2012, y se define como la conducta delictiva que comete una persona cuando priva de la vida a una mujer por razones de género, es decir, por el hecho de ser mujer. Es importante que se haya hecho esta diferencia con el homicidio, porque esto nos permite analizar a profundidad el contexto en el que se realiza.

Tenemos entonces que desde el 2012 se han recabado datos sobre feminicidios y que desde el año 2015 se han levantado Alertas de Violencia de Género; todo esto nos haría suponer que, a estas altura, las acciones para erradicar la violencia que sufrimos las mujeres en México, serían abrumadoras y estarían rindiendo frutos ¿no?

Sin embargo, los datos muestran otra cosa, tal y como lo denuncian los padres de Debanhi, la justicia no parece llegar para las víctimas de feminicido, por el contrario, crece la impunidad. Según lo recabado por Mexicanos contra la corrupción y la impunidad[2], del 2012 al 2022, solamente 23.32% de los feminicidios denunciados terminan en una sentencia condenatoria.

En materia de derechos humanos, el estado Mexicano está obligado a su promoción, respeto, protección y garantía; dentro de las obligaciones de garantizar los derechos humanos, el Estado debe adoptar medidas para prevenir que ocurran los feminicidios y así mismo, para garantizar que su diligente investigación, cosas que como hemos visto, no sucede.

La Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), se ha pronunciado sobre la importancia de que el gobierno adopte disposiciones de política general sobre la violencia de género, ya que considera que su impunidad y la ineficacia judicial, envían un mensaje de tolerancia hacia este tipo de conductas, resultando hasta cierto modo, auxiliados por el poder público por no ser investigados con seriedad[3].

Los criterios de la Corte IDH han sido claros en establecer que, en cuanto a la protección de los derechos humanos, el deber del Estado es de medio y no de resultados, es decir, que para no ser señalado como responsable por la violación de derechos humanos, tiene que demostrar que hizo uso de todos los recursos disponibles para evitar la vulneración a los derechos humanos.

En cuanto a la violencia de género en contra de las mujeres, con los datos que existen, los casos mediáticos y la tendencia al alza en los feminicidios, valdría la pena preguntarnos ¿realmente el Estado está haciendo todo lo que está en sus manos para erradicarla? ¿Es acaso que no hay nada que podamos hacer para combatir este fenómeno? O ¿Falta voluntad? Y si es así ¿de quién?

Ante la impunidad que envuelve a nuestro país, las colectivas feministas, las organizaciones de la sociedad civil y los organismos internacionales, no quitarán el dedo del renglón hasta que logren verse resultados, esperando un cambio en el sistema y en el contexto social que nos ha llevado a normalizar la violencia feminicida.

Ha pasado un año del feminicidio de Debanhi Escobar, pero tenemos años viviendo este fenómeno en México. Ni una menos.

[1] La Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres está contemplada dentro de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, se emite cuando existe un contexto de violencia feminicida caracterizado por el incremento persistente de hechos o delitos que involucren violaciones a los derechos a la vida, la libertad, la integridad y la seguridad de las mujeres, adolescentes y niñas en un territorio determinado. 

[2] Duran, Valeria. Más feminicidios y menos condenas. Mexicanos contra la corrupción y la impunidad. https://contralacorrupcion.mx/mas-feminicidios-y-menos-condenas/#:~:text=En%20los%20%C3%BAltimos%20diez%20a%C3%B1os,es%20del%2076%20por%20ciento.

[3] Corte Interamericana de Derechos Humanos. Sentencia González y otras (Campo Algodonero) vs México. párrafo 291.