¡Bummmmmm! Una nueva explosión irrumpió la noche menos calmada de los últimos años. Decenas de suspiros dejaron de existir. En ese momento, los ojos del mundo observaban desde múltiples pantallas como cientos de vidas de bebés, niñas y niños eran arrancadas en la zona cero de la guerra de Medio Oriente.
Las pantallas transmitían la muerte de una niña en brazos de su padre, quien todavía no entendía que su hija ya no iba a reaccionar y cargaba con amor su pequeño cuerpo que colgaba ya como muñeca de trapo. Otras pasaban las fotografías del bebé que empezaba a gatear y fue devorado por una bomba y... esperen, un notificación llegó al WhatsApp de la joven, es su amiga, "¿salimos por un trago después del trabajo?"; a lo lejos se escucha el grito "Jorge, pon atención a clase", y el muchacho guarda su celular; videos, fotos, mensajes… Miles y miles de notificaciones recorriendo ondas electromagnéticas que se interconectan a través de la red de satélites y rompen con la atención que se les dio a las vidas perdidas de las y los niños sin nombre...
La anterior narración bien pudo ser la sinopsis de una historia de ficción bélica, sin embargo, en estos días de desolación se vuelve un retrato cotidiano en los hospitales de Gaza, los cuales ante el corte de agua, internet, luz y alimentos se vuelven cada vez más fosas comunes a los que llegan a morir cientos de personas.
El uso de la literatura en épocas de guerra puede fungir como dos vías: 1) un escape emocional del autor(a) en el que pueda narrar el horror para sentirlo menos lacerante; 2) una fotografía que plasme una de tantas posibilidades infinitas de muerte que hoy se vuelven realidad.
En esta ocasión funge de ambas maneras, y es que tal parece que la crisis humanitaria que hoy atraviesan miles de palestinos nuevamente trae a flote el debate que ya parecía cada vez más lejano sobre las guerras a toda costa y a todo costo. Y también reabre miedos de hasta qué punto se ha perdido ya la humanidad. Hoy las palabras sobran y las cifras del dolor aumentan. Y en múltiples latitudes la vida continúa como si esa guerra sólo fuera un relato más…
Algunos datos al corte del 16.10.2023
"Ya no hay agua potable disponible. Todavía hay comida. No hay electricidad. Tampoco podemos bombear agua potable. En los hospitales apenas se puede trabajar". Mohammed Abu Mughaiseed, coordinador médico de Médicos Sin Fronteras en Gaza.