Chile y el avance de la derecha

Las elecciones chilenas dejaron un escenario de confrontación entre la izquierda y la derecha. De tal manera que, en una segunda vuelta, el próximo 14 de diciembre se presentarán la candidata del partido comunista, Jeanette Jara y el derechista del partido republicano, José Antonio Kast. 

La candidata Jara, de izquierda y ex ministra de trabajo en el gobierno de Gabriel Boric, obtuvo el 26.8% en la primera vuelta, mientras que el derechista Kast, logró el 22.9%. Los números de ambos muestran una cerrada contienda, pero cuando se mira los resultados completos se puede detallar que la derecha votó fragmentada y que probablemente pueda lograr unificar apoyos con las posturas de al menos dos candidatos, Evelyn Matthei, una candidata de derecha más centrista que obtuvo12,46% y el derechista libertario Johannes Kaiser que logró un 13,94%.

Se ha planteado que la derecha ganó terreno en Chile por las carencias del gobierno progresista de Gabriel Boric y que abrió la puerta a posturas de derecha y a candidatos como Kast, Mathei, Kaiser que recogen las inquietudes y reivindicaciones del viejo régimen pinochetista o de la Concertación. También se argumenta que el gobierno de izquierda se moderó mientras que la posición de derecha se radicalizó. 

Lo que vemos es que la derecha chilena está logrando seguir un camino de explotación de temas clave para un electorado que busca respuestas efectivas a sus necesidades cotidianas. Todo en un contexto de percepción social sobre aumento de la inseguridad y de críticas a los logros del actual gobierno. 

El camino de la derecha chilena es equiparable con el que han seguido la derecha brasileña y la argentina, colocando a la vanguardia a candidatos que promulgan ideas “libertarias”, nacionalistas y anti-migrantes, que apelan a la ineficacia, incapacidad y corrupción de los gobiernos progresistas. 

Los candidatos de la derecha se sienten más cercanos de Trump y se ubican en un conservadurismo casi anti-neoliberal que apoya la idea de cerrar fronteras y el proteccionismo a modo.

Kast, en Chile, reivindica aspectos de la dictadura de Pinochet y se ha manifestado en contra del derecho a decidir de las mujeres. Si bien ha moderado o mantenido un bajo perfil en este y otros temas durante esta campaña, sus planteamientos sobre migración y seguridad lo colocan en el ámbito de Trump en Estados Unidos o de Bukele en El Salvador.

Ha planteado que sus ideas políticas y programa ya mostraron éxitos en Estados Unidos, Italia o Argentina y, aunque no es un personaje tan estridente como lo pueden ser Donald Trump o Javier Milei, se ubica en este grupo de políticos de derecha que se caracterizan por sus políticas económicas proteccionistas y la crítica a la apertura de los gobiernos progresistas que buscan suceder.

La elección chilena representa un desafío para las izquierdas del continente, porque la disputa representarla opción de un cambio basado en ideas conservadoras que opten por encima de los derechos y la democracia y privilegien soluciones estridentes, nacionalistas y pragmáticas más individualistas.

En medio de la crítica al fracaso de políticas neoliberales y apertura de fronteras, la visión conservadora de las derechas tiende a ser más pragmática y atizar las contradicciones sociales para defender la idea de identidad nacional y enemigos externos.

A esto podemos pensar, por ejemplo, que apuesta la derecha mexicana que organizó la marcha de la generación z y que buscó hacer prevalecer una idea ficticia de inestabilidad política, ineficacia gubernamental y hartazgo social basados en el asesinato del presidente municipal de Uruapan. Se apela a un imaginario donde algún o algunos personajes que coinciden o explotan la visión de estas derechas libertarias y conservadoras logren convertirse en catalizadores de insatisfacciones y necesidades sociales. 

Las fuerzas de izquierda tendrán que buscar lograr un discurso de defensa de la democracia, los derechos y la pluralidad que logre ser más efectivo que el discurso sobre una sociedad con más orden que ofrece la derecha. 

La elección de segunda vuelta presidencial del próximo 14 de diciembre en Chile será un acto más del intento de las derechas por colocarse como opción ante las crisis locales y global. La izquierda chilena tendrá que hacer más que una competencia serena para evitar que Kast gane la elección y lograr posicionarse como opción ante el conservadurismo para que prevalezca la idea de que una sociedad democrática y con derechos es una mejor opción y posible.