La Semana Santa es un momento de gran relevancia para muchos mexicanos. La espiritualidad y la tradición se unen en una expresión de fe y devoción. En medio de las conmemoraciones y reflexiones que caracterizan esta temporada, es imposible no pensar en otro tipo de calvario que enfrentan millones de mexicanos diariamente: la herencia de administraciones pasadas que dificulta acceder a la atención médica en México.
Primera estación: La necesidad de atención médica y la esperanza
Cuando una persona enferma, se enfrenta a la dura realidad de tener que buscar atención en un sistema de salud saturado y muchas veces inaccesible. La fe y la esperanza en encontrar ayuda se convierten en aliados en la búsqueda. Sin embargo, las largas listas de espera, personal médico insuficiente, la falta de empatía y la burocracia institucional, dificultan el proceso y hacen que este camino parezca un verdadero vía crucis.
Segunda estación: La solidaridad en tiempos de prueba
La solidaridad y empatía, valores presentes en las conmemoraciones de Semana Santa, se vuelven pilares en la vida cotidiana de quienes buscan ayuda médica en momentos difíciles. La comunidad y la familia se vuelven pilares fundamentales en la vida de aquellos que luchan por recibir atención médica. El ejemplo más claro fue la empatía y solidaridad de la población durante las etapas más difíciles de la pandemia por covid-19.
Tercera estación: Los personajes anónimos y la compasión.
Los médicos y enfermeras que hacen lo imposible por ayudar a sus pacientes a pesar de las condiciones adversas. Sin duda, son los personajes anónimos en este vía crucis. Su compasión, sacrificio, entrega, dedicación y esfuerzo por mantener la esperanza viva en situaciones difíciles son un ejemplo de resiliencia y solidaridad.
Cuarta estación: Un llamado a la unidad y al cambio
La falta de recursos en el sector de salud, el desmantelamiento de las instituciones y la falta de inversión fueron herencia de las administraciones anteriores, así como las consecuencias que hoy enfrentamos como sociedad. Esta Semana Santa recordemos la resurrección y la promesa de un futuro mejor en beneficio de los más desprotegidos. La fe es la llama de la esperanza que no debemos dejar que se apague, por lo que es necesario unirnos en la lucha por un sistema de salud más equitativo y eficiente, inspirados en el espíritu de solidaridad y compromiso que caracterizan estas fechas.
En este tiempo de reflexión y recogimiento, es importante recordar que, así como Jesús vivió su vía crucis, muchos mexicanos viven el suyo al enfrentarse al difícil acceso a la atención médica, una triste realidad que no podemos seguir ignorando.
Es necesario un cambio profundo en el sistema de salud, y en este sentido el actual gobierno ha sembrado la semilla de mostaza de la cual se verá florecer el gran árbol que cobijará a los mexicanos más desprotegidos. La Semana Santa nos recuerda la importancia de la solidaridad y la empatía, valores que deben ser aplicados en la lucha por un sistema sanitario más justo y accesible para todos.
En la siguiente administración, será necesario dar “continuidad con cambio” y transformar el sistema de salud y la atención a las necesidades de la población más vulnerable. Debemos evitar mantenernos como testigos pasivos de este calvario. Es momento de tomar acción y luchar por la salud y el bienestar de todos los mexicanos. Que este tiempo de reflexión nos inspire para unirnos en la lucha por un sistema de salud más equitativo y eficiente. Juntos podemos transformar este vía crucis heredado de administraciones pasadas, en un camino de esperanza y sanación para todos.